En el marco del encuentro de sacerdotes de la región Buenos Aires, el Primado de la Argentina, Cardenal Mario Aurelio Poli, invitó a los presbíteros a moldear la espiritualidad sacerdotal al estilo de San José, siendo cooperadores en la obra de redención, pero "sin figurar", y procurando que Cristo crezca en el corazón de los demás.
El Arzobispo de Buenos Aires presidió una concelebración eucarística en el santuario nacional de Nuestra Señora de Luján e invitó a los sacerdotes a aprender de la "pedagogía simple y popular" de aquellos que llegan en peregrinación, y los animó a permanecer en oración y en cercanía con la Madre de Dios.
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"Este es un lugar de peregrinación, de oración, de reconciliación con Dios y con los hermanos. ¡Cuántas vidas pegaron la vuelta! ¡Cuántas conversiones en este santuario nacional de la fe! Los santuarios tienen algo de eso: son puertas del Cielo", afirmó.
"Aprendamos de la visita del pueblo fiel –observó-. Aprendamos de esa pedagogía popular, sencilla, de venir a estar con la Madre, a rezarle un avemaría, o un rosario, o simplemente estar un rato con ella. Ella sabe meter la mano en el corazón. Es madre. Ella se deja tocar".
El Arzobispo destacó a san José como un ejemplar varón "que vino a levantar la frente de María", a ponerse a su costado y estar al lado de Ella. Definió que su grandeza "consistió en estar en un segundo puesto", y en torno a esta apreciación, trazó un paralelismo entre la figura del glorioso patriarca y la espiritualidad sacerdotal.
"Pensaba en nuestra espiritualidad sacerdotal –dijo-; pensaba que, como José, cooperamos en la obra de la redención. Fuimos llamados a ser 'otros cristos'. ¿Cómo podemos cooperar sin pensar ser los primeros? ¿Cómo ser, sin aparecer? ¿Cómo se hace para estar en un segundo plano, y hacer las cosas bien? ¿Cómo trabajar sin figurar, cómo transmitir sin transmitirse; cómo enseñar para que los demás puedan guardar en su corazón como Jesús guardó las enseñanzas de José?".
El Cardenal Poli llamó a los sacerdotes a imitar a José, "que cuidó de hacer crecer a Jesús", lo cual estimó como un gran gesto sacerdotal: ¿Acaso nuestro ministerio no tiene como propósito hacer crecer a Jesús en cada uno de los cristianos, para que se vayan configurando en Él?".
"Les propongo que en esta tarde aprovechemos el lugar y el tiempo; pongámonos bajo los ojos de María y el estilo de José. Busquemos este modelo de cercanía al pueblo. Pidamos a la Virgen la alegría de la fe, que tenemos que transmitir como sacerdotes y cristianos, y pidámosle a José cumplir nuestra función como debemos", concluyó.