La familia del niño de seis años "que se siente niña" presentó el viernes una "demanda de conciliación", paso previo a la "querella" contra la directora del colegio San Patricio y contra el Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá, por ser presidente de la fundación de la que depende el centro. Sin embargo, Rafael Pérez Pallarés, delegado de medios de comunicación del Obispado de Málaga, advirtió que la demanda solo respondería al interés de mantener la popularidad de este caso.
Gabi, el menor de seis años que estudia en el colegio San Patricio de Málaga dice sentirse "niña" y pide junto con sus padres poder vestir con la falda del uniforme del colegio y utilizar los servicios destinados para las chicas.
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"Mantenemos el diálogo con la familia pero no vemos necesario que vista el uniforme femenino, porque este deseo colisionaría con los derechos de los otros mil alumnos del centro", declaró en su día el secretario técnico de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria.
Desde la Delegación Territorial de Educación, perteneciente a la Junta de Andalucía, se exige al colegio que se cumplan las instrucciones para adecuar el trato al menor "transexual", como adecuar la documentación interna del centro docente considerando el género con el que se siente el alumno o alumna y que el profesorado se dirija al estudiante por el nombre con el que acuerden la familia y los menores.
Hasta ahora en el colegio se ha llegado al acuerdo con la familia de utilizar un nombre para dirigirse al menor, que también puede utilizar los servicios de discapacitados, al ser neutros, pero no hay acuerdo sobre el uso de la falda.
El Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá, declaró hace algunos meses que desde su punto de vista se trata de un "problema teórico" ya que el alumno está perfectamente integrado en el centro, tanto como con sus profesores y compañeros desde hace cinco años.
El abogado de la familia del menor, Oliver Roales, considera que se ha cometido un delito de denegación de la prestación de servicio público por motivo discriminatorio. De esta manera, Roales asegura que ha habido una "discriminación clara" y que "había que tratarla como una niña, no porque me lo invente yo, los padres o la propia Gabriela, sino porque existen informes de todo tipo que así lo acreditan".
Sin embargo, el letrado ha insistido en que "en ningún momento" los padres han querido que se le retirara el concierto al colegio, reiterando que no se pretende un resarcimiento económico, aunque ha apuntado que en su momento se verá si se pide indemnización, si se han producido secuelas.
Desde el Obispado de Málaga no tienen pensado tomar ninguna medida por ahora. "Ni el Obispo ni la directora han hecho nada malo. Esto es algo que cae por su peso.
Lo que no puede ser es que la presunción de inocencia sea ahora presunción de culpabilidad", ha asegurado en declaraciones a ACI Prensa Pérez Pallarés.
"La Fiscalía General del Estado archivó la causa, la fiscal que había asumido en Málaga el caso también lo archivó. Se amenazaba con retirar el concierto al colegio, pero la Junta de Andalucía se se ajustó a la legalidad vigente y no lo hizo", explicó Pallarés a ACI Prensa.
A pesar de ello el abogado de la madre del menor ha valorado oportuno denunciar a la directora del colegio y al Obispo de Málaga con una querella criminal. En primer lugar se ha presentado una "demanda de conciliación", paso previo necesario para presentar una querella por injurias y calumnias. De esta manera, si en un mes cuando se celebre este acto de conciliación el Obispo no se retracta de sus declaraciones, existiría la posibilidad de presentar esa querella.
Según ha explicado el delegado de medios de comunicación, "le pide que se retracte de unas afirmaciones que Don Jesús no hizo públicas sino que fueron un comentario entre periodistas que después trascendió en el que decía que el trato al niño había sido bueno".
En ese sentido Pallarés ha remarcado que "si la fiscalía ha dicho que ahí no hay nada constitutivo de delito y si la propia Junta de Andalucía mantendrá el concierto, el abogado puede denunciar al Obispo porque puede hacer lo que quiera".
Sin embargo subraya la posibilidad de que esta eventual querella responda al afán por "mantener el caso y su popularidad".