Hace unas semanas se publicó en polaco e italiano el libro "Estoy en manos de Dios. Apuntes personales 1962-2003" que recoge las memorias más íntimas del Beato Juan Pablo II, aquellas que ordenó incinerar tras su muerte.
Más allá de la polémica por la decisión de su entonces secretario personal, el hoy Cardenal Stanislaw Dziwisz, de conservar los textos y usarlos en el proceso de canonización del futuro santo, las reflexiones de Juan Pablo II constituyen un valioso aporte a la teología contemporánea.
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El libro, publicado por la editorial polaca Znak el pasado 12 de febrero, ofrece 639 páginas de meditaciones, fotografías y escaneos de dos cuadernos del Papa peregrino: uno que comenzó en 1962 y otro en 1985; y que han sido publicados en italiano por la arquidiócesis de Milán.
Continuando con las meditaciones presentadas ayer sobre la Trinidad, ACI Prensa presenta hoy las reflexiones del Papa peregrino sobre la fe, la esperanza, la caridad y la santidad.
La periodista Anna Artymiak tradujo desde el Vaticano estas cuatro meditaciones que reproducimos a continuación.
Cuarta meditación: Fe
Medit (III) [La dimensione della fede di Maria [La Dimensión de la Fe de María]]
„Beata, quae credidisti" ["Bendita tú que has creído"]. wytrwa?a faith (perseverante) – never si? nie zachwia?a, a true "Virgo fortis" (mulier fortis [Mujer fuerte]).
a) La fe de María: el legado de la fe de Israel, que en María ha sido "excedida". Escuchando solo la Palabra de Dios, ella concibió al Verbo: el Hijo, primero espiritualmente, luego físicamente. Habla Señor que tu sierva escucha.
b) Disponibilidad para recibir la Palabra de Dios y cumplirla. Esta disponibilidad va junto a ser "pobre de espíritu". Va junto a Su virginidad. Fe persistente: Nunca dudó, es una verdader "Virgo fortis" (mulier fortis [Virgen fuerte]).
c) Un modelo de fe para los pastores de la Iglesia: el punto es que la fe sería verdaderamente una characteristic dominante en nuestras vidas, sin importar cuán llenos estemos de asuntos o tareas del mundo. La disposición de la fe para aceptar el Magisterio de la Iglesia. /exp: mgr Fitzgerald: infalibilidad/
Quinta meditación: Esperanza
La Conferencia (ult. [la {última])
San Pablo como modelo de esperanza cristiana, pero también era un ciudadano romano. De modo diferente "Ancilla" (hecho a mano) (Virgo Marya [la Virgen María]), [no (tuvo) conexiones humanas, no tuvo puntos humanos de referencia. Por esto Su esperanza es más maravillosa. En cada paso de Su vida. En la cruz y especialmente después: con su esperanza estaba sosteniendo a la Iglesia inicial. Y su esperanza está depositada en la Santa Iglesia. ¿En qué medida participamos en la esperanza de María? La Iglesia en Polonia está en situación de "ancilla," es decir, de esclavitud. El Señor Dios permite esto para crecer en la fe. Stabat Mater – stabat episcopus sub Cruce Christi [Madre de pie– un obispo de pie bajo la cruz de Cristo]. ¿Vivimos esta esperanza?
¿Nos basamos fundamental y exclusivamente en la gracia de Dios? Cómo se siente la gente luego de encontrarse con nosotros? Si se mantienen de pie, contagiados del optimismo del obispo, hemos cumplido nuestro servicio de esperanza. "Dame, Madre, tu esperanza, haz a mi corazón permeable a Tu esperanza (nostra conversatio in coelis est [nuestro ser está en el cielo]). Nada puede ser peligroso para nosotros, ni Satanás ni el mundo ni el pecado: si está en nosotros el poder de Cristo de la forma mariana. Y Dios amor, el mismo Espíritu, derrama estos dones en nuestros corazones, de acuerdo al modelo de María.
Sexta meditación: Amor
Sobre el asunto del amor: debe ser universal, no puede ser particularista y no puede crear divisiones. Además: debe servir, la naturaleza del servicio tal vez apunte al amor de la forma más fuerte posible. Finalmente: debe perdonar. Todo esto debe ser aprendido en el Corazón de Jesús a través del Corazón de María.
Séptima meditación: Santidad
Meditatio "copiosa apud Eum Redemptio" ["abundante Redención en Él"]: la santidad es la fuente. En Cristo la absoluta santidad de Dios está hipostáticamente unidad con la santidad del Hombre. La santidad de Dios (como el amor a la bondad y odio al mal), pero especialmente como amor a la bondad en todo, incluso a los que son malos (per accidens [accidentalmente]).
Todo tipo de bondad (la suma total de los valores) fuera de Dios tiene su prototipo en Dios mismo. Dios ama al otro: aquí radica Su Santidad. La santidad es una base de la Redención – entendida también como una 'restauración' de todo: Dios restaura el valor de todo en el Hombre, que está personalmente unido con Él.
Para Cristo-Redentor [Redeemer]: la santidad de un hombre consiste en asumir esta bondad que Dios ama: de este modo Cristo es un modelo de santidad. En Él esta santidad se identifica de alguna manera con la Redención (Redemptio). En nosotros debe significar 1.- una conversión a Dios y 2.- una restauración de todas las cosas según el valor que todo tiene en Dios y que el Señor Jesucristo señaló.