La organización caritativa pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) anunció que durante 2014 abrirá nuevas oficinas en México y Corea del Sur, con lo que sumará 19 sedes dedicadas a promover la oración por los cristianos que sufren, dar a conocer su situación y recolectar donaciones en apoyo a los proyectos principalmente pastorales de esta organización en todo el mundo.
El presidente ejecutivo de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Johannes Heereman, sobre las nuevas sedes de la organización, indicó que "más países pueden contribuir a la expansión del compromiso de AIN de servir a la Iglesia evangelizadora, necesitada y perseguida.
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"Con la ayuda de nuestra oficina en Madrid, hemos decidido comenzar en México", indicó, "y, con el acuerdo de la Conferencia de Obispos local, hemos también decidido (abrir una) en Corea del Sur, porque es un país económicamente desarrollado, en el que la Iglesia Católica está creciendo, y porque a la fecha no tenemos representación en lo absoluto en Asia".
Las oficinas ya se están preparando, y su inauguración está programada para la segunda mitad de 2014.
Heereman dijo que "nuestros colegas españoles pidieron que se abra una oficina en México, porque nuestra organización recibe muchas comunicaciones y pedidos de ese país".
El presidente ejecutivo de AIN indicó además que los preparativos están cerca de concluir, luego del acuerdo realizado con los Arzobispos de México y Guadalajara.
Actualmente Ayuda a la Iglesia Necesitada tiene oficinas en diversos países en Europa, así como en Australia, Canadá, Estados Unidos, Brasil y Chile.
El 12 de mayo de este año, AIN tiene programado un congreso sobre libertad religiosa en Malta, que contará con la presencia del Presidente de la organización, el Cardenal Mauro Piacenza.
En la conferencia se presentarán ponencias sobre la persecución y opresión de cristianos en el Medio Oriente y partes de África.
Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundada por el P. Werenfied van Straaten hace más de 65 años, fue nombrada una Fundación Pontificia en 2011, por el hoy Obispo emérito Benedicto XVI.
Esta organización caritativa no recibe fondos públicos o de la Iglesia, sino que depende de la generosidad de sus donantes, que suman alrededor de 600 mil benefactores en todo el mundo.
Solo en 2013, AIN pudo ayudar a más de 5 mil proyectos en 130 países.