El Arzobispo de Resistencia (Argentina), Mons. Ramón Alfredo Dus, realizó una evaluación de la realidad eclesial y social que se vive en el Chaco a un año de haber iniciado su ministerio episcopal en la provincia. El Prelado instó a los laicos a ser coherentes y responsables para asumir los desafíos de una Iglesia que "tiene que dar la cara" ante situaciones conflictivas, pero junto con las instituciones en una comunión eclesial. "Ser cristiano implica sacrificio", enfatizó.
En una entrevista concedida a Diario Norte, el Arzobispo agradeció la cálida recepción de los fieles y aseguró que "nos necesitamos todos, no somos perfectos para adoctrinar continuamente. Sigamos creando ese clima de confianza y cercanía que posibilita vivir nuestra fe".
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"La alegría, como dice Francisco, de apoyarnos en este caminar difícil. Y frente al panorama social y político, es bueno dar la cara cuando hace falta ante las situaciones conflictivas, pero con el protagonismo de las instituciones y laicos. Ser cristianos es un compromiso para transformar la realidad acompañada por la iglesia. Con fe, porque una fe que no llega, no es una fe auténtica. Me parece que la síntesis es coherencia y compromiso para ayudar a todos".
En cuanto al bicentenario de la Independencia, el Arzobispo dijo que "estamos viviendo las tensiones de ese caminar institucional como nación. Es el momento para sentirnos responsables de construir la Nación. Y en ese sentido me parece un año oportuno para ahondar nuestra realidad y hacer una evaluación de nuestra vida institucional actuando en consecuencia. No le tengan miedo al sacrificio".
El Arzobispo se refirió luego al primer año del pontificado del Papa Francisco y dijo que el Santo Padre "ha devuelto el valor positivo de la Iglesia Católica y la ha situado en el contexto mundial con un nuevo rostro, un rostro que debe ser de cercanía, de diálogo y de acentuar la misión de la Iglesia como una familia, como una institución que debe hacer presente la misericordia de Dios a la gente". "No podemos olvidarnos de Benedicto: su renuncia ha sido un gesto que lo ha dejado en la historia, al igual que su humildad, que han posibilitado una renovación de la Iglesia, que para nosotros sigue siendo novedosa", añadió.
Sobre los desafíos de la Iglesia actualmente, el Prelado dijo que en su arquidiócesis se "han fijado dos objetivos. La juventud y la familia, tanto a nivel parroquial como diocesano. Estos dos polos de interés pastoral nos llevan a responder con acciones concretas teniendo en cuenta los movimientos eclesiales, trabajando en el ámbito familiar, para redescubrirlos y converger en un camino. Por ello es importante el trabajo que se hizo a través de asambleas con las capillas, parajes y un compromiso profundos del pueblo de Dios".
"Además, los delegados de las conferencias episcopales ven el próximo Sínodo Extraordinario de Obispos para tratar los retos que enfrenta la familia como un signo de esperanza, que abrirá caminos, para buscar y tratar de encontrar de un modo simple respuestas a situaciones difíciles".
"Enfrentar los desafíos que implican las nuevas uniones, el matrimonio gay, la pedofilia y los gays implican ser fiel a la identidad de la Iglesia. Todo esto es un proceso de madurez y el que vive en tensión se siente alejado o excluido, pero el espíritu de la Iglesia es acompañarlo: el camino es la búsqueda y cómo encontrar una respuesta a las preguntas de nuestra gente que a veces quedan más en preguntas que en respuestas".
El Arzobispo dijo además que "el que va adelante es Cristo, nosotros atrás, hay que ver cómo seguirlo, responder a ese llamado, a ese camino y vale tanto para las personas, comunidades y toda la Iglesia".