El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Sabino, reiteró hoy su llamado a la convivencia y a la paz, ante la escalada de violencia, con al menos 20 muertes en medio la violenta represión del gobierno a las manifestaciones de pobladores y estudiantes en diversas ciudades del país.
En su comunicado, el Cardenal indicó que "ante la reciente escalada de violencia en torno a las manifestaciones de protesta que se desarrollan en diversos lugares del país desde hace un mes, los Obispos Auxiliares y el Cardenal Arzobispo, Jorge Urosa Savino, queremos reiterar nuestro llamado a todos los habitantes de Caracas, independientemente de su simpatía política, a la convivencia y a la paz".
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"Solicitamos que las responsabilidades legales por los fallecidos en estos enfrentamientos, especialmente en los últimos días, sean determinadas por una investigación seria, imparcial y objetiva. Deploramos esas muertes, y manifestamos nuestras condolencias a los familiares y amigos de todos los fallecidos desde el inicio del conflicto".
Recordando los comunicados de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana del 14 y 25 de febrero, el Arzobispo de Caracas se sumó al llamado "al diálogo entre los diversos sectores: los estudiantes, los seguidores de la oposición, los seguidores del oficialismo, y el Gobierno Nacional, de quien dependen los cuerpos de seguridad del estado".
"En esos comunicados, además de reivindicar el legítimo y constitucional derecho de los estudiantes, de los jóvenes y de los ciudadanos en general a la protesta y a las manifestaciones pacíficas, los Obispos indicábamos la necesidad de que el Gobierno escuche las exigencias de los manifestantes, y proceda a atender sus justos reclamos dando respuesta efectiva a las causas de las protestas".
El Cardenal remarcó el rechazo a "que algunas de las manifestaciones hayan sido atacadas con armas de fuego, presuntamente por algunos funcionarios de seguridad del Estado o por civiles armados, así como las presuntas torturas y violaciones de los derechos de los detenidos".
"Igualmente rechazamos las muertes acaecidas por obstáculos a la circulación presuntamente puestos por manifestantes, y el uso desproporcionado de la fuerza en las acciones represivas, lo cual ha producido algunos muertos y un gran número de heridos".
Lamentó también que las acciones represivas "han continuado, a pesar del diálogo iniciado el 26 de febrero en la Conferencia de Paz propuesta por el Presidente de la República".
"De la manera más serena y respetuosa pero firme, pedimos a los diversos sectores implicados, en particular al Gobierno y a quienes ejercen responsabilidades de dirigencia política, que redoblen esfuerzos para llamar a sus seguidores a poner fin a la violencia: tanto en las manifestaciones de los ciudadanos, como en el uso de la fuerza por parte de funcionarios de seguridad".
El Arzobispo remarcó que "la mayor responsabilidad la tiene el Gobierno Nacional, que marca el ritmo de la vida del país, y debe instruir a sus funcionarios sobre el uso proporcional de la fuerza, la cual debe ser ejercida en el marco de las leyes y exclusivamente por los organismos oficiales".
El Cardenal Urosa pidió también "que los integrantes de los colectivos del oficialismo deben ser desarmados y sometidos al imperio de la Ley. Rechazamos los ataques con armas de fuego por cualquier ciudadano".
"Deploramos el llamado a grupos civiles organizados y a los colectivos a reprimir las manifestaciones. El uso de la fuerza está reservado por las leyes a los cuerpos de seguridad del Estado, a quienes corresponde en exclusividad contener la violencia que puedan desplegar algunas personas".
El Arzobispo venezolano advirtió que "la intervención de estos grupos en la contención o represión de manifestaciones, además de ilegal, es sumamente peligrosa y amenaza con dar más fuerza todavía a las protestas de los ciudadanos".
"En estos momentos son necesarias la serenidad, la colaboración de todos los ciudadanos para fomentar la concordia y evitar hechos violentos que atenten contra el orden público o pongan en peligro la vida de las personas, así como la voluntad efectiva por parte del Gobierno de resolver la actual crisis".
Y sobre todo, indicó, "es preciso que nos reconozcamos todos como hermanos, miembros de un mismo pueblo, e hijos de Dios por igual".
El Cardenal alentó a los fieles "a participar este próximo fin de semana en la celebración de la Eucaristía en las diversas Iglesias de Caracas, para pedir al Señor nos conceda superar este momento difícil y resolver nuestros conflictos pacíficamente".
"Invocamos, pues, la ayuda de Dios sobre nuestra querida Venezuela, y exhortamos a todos los católicos, independientemente de su simpatía política, a deponer cualquier sentimiento negativo".
"Ponemos estas intenciones y anhelos en manos de nuestra madre común, Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela y de nuestra Arquidiócesis de Caracas", concluyó.