El grupo terrorista musulmán Boko Haram asesinó este martes en Nigeria a 59 estudiantes de un colegio cristiano al norte del país. Unos 50 hombres asaltaron el centro educativo y, con extrema crueldad, dispararon y apuñalaron a los jóvenes y al personal. Luego prendieron fuego a las instalaciones con varios de los estudiantes dentro.
Semanas atrás, el Arzobispo de Abuja, Cardenal John Olorunfemi Onaiyekan, brindó una rueda de prensa en la que fustigó el modo con el que el gobierno nacional prevé resolver la alarmante situación. Asimismo, apeló a los líderes religiosos para que trabajen juntos para resolver el problema: "de una forma u otra, alguien tiene que romper el círculo vicioso y asesorar al gobierno en este momento".
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El Purpurado se manifestó luego de que unas 130 personas murieran por ataques perpetrados contra un templo católico en Wada Chakawa y un asalto a la aldea de Kauwuri.
"El gobierno gastó miles de millones para comprar todo tipo de dispositivos electrónicos de seguridad, pero no importa tanto la cantidad de dinero que se gaste mientras seguimos razonando en términos de poder contra poder, fuego contra fuego, así no se puede resolver el problema de la seguridad", dijo el Arzobispo de Abuja.
Según informaciones locales, es la cuarta escuela atacada en esta región desde mayo de 2013. Boko Haram, cuyo nombre significa "la educación occidental es pecado", es un grupo islamista radical vinculado a Al-Qaeda.
Llevan más de dos años aterrorizando a la población cristiana del país y destrozando las infraestructuras del país para crear mayor caos y confusión. Pretenden imponer un estado islámico y sus ataques cada vez son más sofisticados y crueles.