El vocero del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Regis Iglesias, señaló que es "innegable" la presencia de militares cubanos en Venezuela, pues "es la misma política de siempre que La Habana ha mantenido por más de medio siglo en América Latina, África y Asia para mantener focos de conflictos con Estados Unidos lejos de las playas cubanas".
Aunque los obispos venezolanos, críticos al gobierno, han procurado mantenerse neutrales llamando a la reconciliación, varios sacerdotes que expresaron sus críticas al régimen fueron agredidos por la policía.
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El último de estos sacerdotes que ha sido golpeado este lunes por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) es el Padre Carlos Camacho, Párroco de la iglesia María Auxiliadora de Valmore Rodríguez, en la localidad de Ciudad Ojeda, Costa Oriental del Lago.
Según señala el diario La Verdad, el sacerdote fue además detenido durante un tiempo indeterminado y liberado luego. No se conocen las razones que llevaron a su detención durante las manifestaciones de hoy.
"¿Hay presencia de militares cubanos en Venezuela? Sí. ¿Toman parte en la represión contra el pueblo venezolano? Muchas fuentes apuntan a esto. Pero definitivamente no creo que 'dirijan' la represión que el 'Cartel Chavista' perfectamente está en capacidad de decidir y desatar contra su propio pueblo", indicó Regis Iglesias a ACI Prensa.
Regis Iglesias, exprisionero de conciencia, señaló que el régimen cubano ha mantenido esta política pese a que "las diferentes administraciones estadounidenses, desde Kennedy, no demuestran interés en intervenir militarmente la isla". El Gobierno cubano "no acaba de digerir que la guerra fría concluyó hace poco más de veinte años" e intenta asegurar su propia subsistencia con esta influencia geopolítica y "a costa de las vidas de muchos compatriotas nuestros".
Sin embargo, indicó que sobrevalorar esta influencia y pensar que "los cubanos dirigen la represión" en países como Venezuela "sería diluir la responsabilidad de los dirigentes chavistas en los crímenes contra su pueblo, en el caos económico y la inseguridad que han llevado a los venezolanos".
"Sería tan insensato como afirmar que los cubanos estamos sometidos al régimen de los hermanos Castro porque Venezuela envía millones de toneladas de petróleo a la isla para mantener a flote un régimen tiránico. No, es responsabilidad nuestra el continuar sometidos o no, como responsabilidad de los venezolanos el terminar con un Estado gansteril copia del cubano por mucho soporte económico que desde hace 14 años reciba Castro de Caracas o muchos 'Tupamaros' y militares venezolanos que vayan a entrenarse en Cuba o estén asesorados y hasta apoyados por militares cubanos en Venezuela", señaló.
En otro momento, Iglesias criticó el "parasitismo" del régimen castrista y otros "gobiernos más o menos autoritarios de América Latina" por creer que "los recursos naturales de Venezuela resolverá sus propios problemas internos".
"Tal vez les este dando temporalmente sostén a esos gobiernos y regímenes autoritarios, es probable que así sea pero no pueden por mucho tiempo Estados que solo piensen en el mantenimiento de sí mismos, de sus cúpulas oligárquicas, ni garantizar ni generar desarrollo a sus pueblos por estas estrategias infelices".
"Más bien es todo lo contrario, países basados en políticas dependientes así solo podrán endeudar más a sus pueblos, aniquilar el desarrollo de sus potencialidades y finalmente retrasar los procesos que llevan exitosamente y con sostenibilidad al desarrollo", expresó.
"Creo que al final los pueblos estarán en mejor disposición de lograr todo esto cuando esa dependencia del petróleo y el gas venezolano terminen. En lo político, como en lo económico pese a las componendas entre poderosos, siempre depende el éxito del propio esfuerzo", afirmó.
Trece muertos
Autoridades venezolanas informaron este lunes que el número de muertos se elevó a trece desde que empezaron las protestas en el país sudamericano.
Las manifestaciones se iniciaron el 6 de febrero cuando estudiantes salieron a las calles de Mérida (en la parte occidental de Venezuela), la capital Caracas y Táchira (frontera con Colombia), para protestar contra la inseguridad que se vive en las universidades. Sin embargo, las marchas terminaron con cinco jóvenes detenidos y enviados a la cárcel de la ciudad costeña de Coro (estado de Falcón).
Esto provocó más manifestaciones de decenas de miles de jóvenes y madres de familia–especialmente en Táchira-, que el domingo 9 exigieron la liberación de los estudiantes.
Posteriormente, los líderes de la oposición María Corina Machado y Leopoldo López convocaron a los jóvenes y a la población en general a manifestarse el 12 de febrero, fecha en la cual se celebra el Día de la Juventud en recuerdo la Batalla de La Victoria (12 de febrero de 1814) de la Guerra de independencia de Venezuela. Ese día, las fuerzas independentistas del general José Félix Ribas ante la escasez de tropas armaron a unos mil estudiantes de los colegios y seminarios.
Sin embargo, el 12 de febrero, las manifestaciones pacíficas que congregaron a decenas de miles de personas, terminaron con la muerte de tres venezolanos luego de la represión de grupos armados y –extraoficialmente- vinculados al Gobierno.
En respuesta, el Gobierno de Nicolás Maduro ordenó la detención de Machado y López. Este último se entregó de manera voluntaria el martes 18 en medio de una multitudinaria manifestación. Actualmente se encuentra detenido.
Desde entonces las calles de Venezuela han sido escenario de constantes marchas. El Gobierno de Nicolás Maduro respondió militarizando el estado de Táchira y sacando a las calles a la Guardia Nacional Bolivariana que, junto a grupos armados motorizados, se han dedicado a reprimir las manifestaciones que se han extendido a más ciudades. Según las últimas informaciones, además de los 13 muertos, los heridos superan los 130.
Reacción de la Iglesia
Luego de la represión del 12 de febrero, la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), emitió un comunicado condenando cualquier tipo de violencia. Además exigió al Gobierno de Maduro respetar la libertad de expresión y atender las causas por las cuales la población sale a las calles.
"Como pastores de la Iglesia manifestamos nuestro deseo de contribuir al fortalecimiento de la paz entre todos los venezolanos. Rechazamos cualquier tipo de violencia, tanto en las manifestaciones como fuera de ellas, así como los excesos en la represión de las mismas", expresaron el 14 de febrero.
En ese sentido, el presidente del Episcopado, Mons. Diego Padrón, señaló que el país ha quedado en luto luego que tres primeros muertos durante la violencia del 12 de febrero. A la vez pidió al Gobierno desarmar a los grupos violentos que se infiltran en las manifestaciones de los opositores. También llamó a todos los sectores de la sociedad a insistir en el diálogo para evitar más violencia y lograr la ansiada reconciliación.
Por su parte, el Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa, pidió que la calma y cordura sean las guías para evitar que el país se siga polarizando. A la vez exigió al gobierno respetar el derecho a la libre información de los venezolanos y sancionar a los responsables de las muertes.
Asimismo, varias parroquias en Táchira han organizado iniciativas de oración como el rezo del Rosario, para pedir a Dios la paz para el país. El Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, llamó a rezar por la paz y la concordia y señaló que los sacerdotes y agentes de pastoral están obligados a promover la paz y la fraternidad tanto con su predicación como con todas aquellas acciones que nacen del compromiso evangelizador de edificar la concordia entre todos los hermanos.
Por su parte, los obispos de la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela están comprometidos con la ayuda a los colombianos que han sido expulsados de Venezuela.
La agencia Fides informó que la crisis que existe en Venezuela "está creando una serie de problemas graves también en la zona fronteriza, donde las personas se enfrentan a la escasez de alimentos y al bloqueo parcial de las comunicaciones, además de la gestión de un gran número de colombianos que son expulsados de Venezuela".
El Obispo de Cúcuta (Colombia), Mons. Julio César Vidal Ortiz, señaló que están "preocupados por la situación de los colombianos que han sido deportados desde Venezuela". "Nosotros estamos tratando de ayudarles a través del Banco de Alimentos y los padres Escalabrinianos, porque llegan sin nada", añadió.