La parroquia romana de San Tomás Apóstol en Infernetto, al sur de la diócesis de Roma, recibió ayer tarde la visita del Papa Francisco que reflexionó sobre las habladurías y los "chismorreos" que matan al hermano en el corazón.
A su llegada, el Pontífice encontró a los niños que recibirán la Comunión y la Confirmación y saludó a los fieles en el patio, al igual que a los niños recién bautizados con sus padres, los ancianos y enfermos y a la asociación de familias con hijos discapacitados y antes de comenzar la misa confesó a algunos penitentes.
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"Una vez, los discípulos de Jesús comían trigo, porque tenían hambre, pero era sábado, y el sábado no se podía comer trigo. -dijo el Papa en su homilía-. Los fariseos empezaron a decir: '¡Miren lo que hacen! Los que hacen esto, van contra la ley y ensucian el alma porque no la cumplen". Y Jesús respondió: 'No ensucia el alma lo que tomamos desde el exterior, sino lo que viene de dentro, de tu corazón'. Y creo que hoy nos sentará bien pensar no si mi alma está limpia o sucia, sino pensar en lo que está en mi corazón, lo que llevo dentro, lo que yo se que llevo pero ninguno lo sabe".
"Decirnos la verdad a nosotros mismos, y esto no es fácil porque siempre tratamos de cubrirnos cuando vemos algo que no encaja en nosotros. ¿Qué hay en nuestro corazón? ¿Hay amor? : ¿Amo a mis padres, a mis hijos, mi esposa, a mi marido, a la gente del barrio, a los enfermos? ¿Los amo?.. ¿Hay odio? ¿Odio a alguien? Porque muchas veces nos encontramos con que hay odio, ¿no? Yo amo a todos, excepto a éste o a ésta. Y eso es odio ¿no?".
"¿Qué hay en mi corazón… perdón? ¿Hay una actitud de perdonar a los que me han ofendido, o hay una actitud de venganza? Tenemos que preguntarnos qué hay dentro, porque lo que está dentro sale y hace el mal, su es malo, y si es bueno, también sale y hace el bien. Y es muy hermoso decirnos la verdad a nosotros mismos, y avergonzarnos cuando estamos en una situación que no es como la que Dios quiere.".
El Papa recordó el Evangelio de hoy en que Jesús decía: 'Habéis oído que fue dicho a vuestros padres: 'No matarás'. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, lo mata, en su corazón'. 'Y el que insulta a su hermano –ha subrayado Francisco– lo mata en su corazón; el que odia a su hermano lo mata en su corazón; cualquier persona que habla mal de su hermano, lo mata en su corazón. Quizás no nos damos cuenta,.. chismorreamos de éste o de aquel. Y esto es matar al hermano... Por eso, es importante saber lo que hay dentro de mí, lo que pasa en mi corazón. Si uno entiende su hermano, a la gente, ama porque perdona: entiende, perdona, es paciente".
"Debemos pedir al Señor dos gracias –dijo el Papa Francisco- La primera, saber lo que hay en mi corazón para no vivir engañados. La segunda: hacer el bien que está en nuestros corazones, y no hacer el mal que hay en nuestros corazones. Y hablando de 'matar' , recordad que las palabras matan. Incluso los malos deseos matan... Parece cómo si el pecado de calumnia, el pecado de difamación hubieran sido eliminados del Decálogo. Y hablar mal de una persona es pecado".
Para concluir el Santo Padre exhortó a pedir "siempre al Señor que nos ayude a amar a los demás. Y si no puedo amar a una persona, ¿por qué no puedo? Recemos por esta persona, para que el Señor me haga quererla. Y seguir así, recordando que lo que ensucia nuestra vida es lo malo que sale de nuestro corazón".
Finalizada la Eucaristía, el Santo Padre saludó a los familiares de los sacerdotes y encontró al consejo pastoral.