Pocos días después del robo de la reliquia de sangre del Beato Juan Pablo II, que se exponía en el Santuario de San Pietro de la Ienca (Abruzzo), el Arzobispo de L'Aquila, Mons. Giuseppe Petrocchi, clamó por la devolución del relicario del Papa polaco que será canonizado el próximo 27 de abril en Roma.
"Llamo a los autores de esta despreciable acción a que se abran a la luz del Evangelio y que restituyan cuanto antes a la Iglesia la reliquia de nuestro Protector –Juan Pablo II–, que pronto será elevado a los honores de los altares", denunció el 28 de enero Mons. Petrocchi en una carta publicada por la diócesis de L'Aquila.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Renuevo mi confianza en los Carabineros y los investigadores, quienes dirigen la búsqueda, con la esperanza de que encuentren la verdad en medio a esta profanación, que ofende profundamente la consciencia religiosa y civil de nuestro pueblo", añadió.
El Arzobispo de L'Aquila afirmó con "tristeza y conmoción" que mantiene la esperanza de que la "preciosa reliquia", sea reencontrada y restituida a la devoción de los peregrinos, de acuerdo a la devoción que guarda su pueblo, quien tantas veces acogió al Pontífice.
Por otro lado, el Prelado invitó a los fieles a la "ferviente oración de reparación y de invocación, para que el Espíritu del Señor –crucificado y resucitado–, nos ayude a responder con la fuerza de la caridad a esta innoble provocación, venciendo el mal con el bien, y nos permita imitar a este espléndido 'Padre de la Iglesia' -¡con el cual hemos tenido la gracia y el privilegio de ser contemporáneos!-, en el arte de hacer cada sufrimiento una ocasión salvífica, para crecer en la comunión con Dios y entre nosotros".
El hurto de la reliquia ocurrió la madrugada del sábado 25 de enero. Los ladrones entraron sin forzar la puerta de la sacristía, cortaron los barrotes que protegían el relicario y se llevaron una ampolla con la sangre del Beato y un crucifijo.
La policía sospecha que el robo habría sido encargado bajo comisión, ya que las cajas que guardan las donaciones de las limosnas quedaron intactas, y desde la noche del hurto 50 agentes barren la zona.
La ampolla era una de las únicas cuatro existentes en el mundo y que fueron extraídas al Pontífice durante los últimos días de su vida para ponerlas a disposición del Centro de Transfusiones del Hospital Bambino Gesù.
Fue donada al santuario por el secretario personal del Papa Juan Pablo II, Cardenal Stanislao Dziwisz, después de la beatificación del Papa polaco el 1 de mayo de 2011.