El Papa Francisco recibió este sábado a las participantes del 29° Congreso Nacional promovido por el Centro Italiano Femenino (CIF), donde destacó la presencia y la aportación de la mujer en los nuevos espacios que se le han abierto en la sociedad, pero pidió que esto no haga olvidar su rol insustituible en la familia.
En su discurso, el Santo Padre agradeció al CIF por su labor realizada durante sus 70 años de existencia y recordó el magisterio de la Iglesia sobre la mujer, plasmado en documentos como la Carta apostólica Mulieris dignitatem de 1988, el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1995 sobre el tema "La mujer: educadora de paz" y en su exhortación apostólica Evangelii gaudium, en la que destacó "la indispensable aportación de la mujer en la sociedad, en particular con su sensibilidad e intuición hacia el otro, el débil, el indefenso".
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El Papa expresó su satisfacción al ver que "muchas mujeres comparten algunas responsabilidades pastorales" para ayudar a los sacerdotes, las familias y los grupos, como en la reflexión teológica, e indicó que espera se amplíe la presencia de la mujer en la Iglesia.
"Estos nuevos espacios y responsabilidades que se han abierto, y que deseo vivamente puedan ampliar la presencia y la actividad de las mujeres, tanto en el ámbito eclesial como en el civil y profesional, no pueden hacer olvidar el rol insustituible de la mujer en la familia", indicó el Papa, al señalar que la delicadeza, sensibilidad y ternura que caracterizan al alma femenina, "representan no sólo una fuerza genuina de la vida familiar, para la irradiación de un clima de serenidad y armonía, sino una realidad sin la cual la vocación humana sería imposible " .
La familia, recordó, es para los cristianos la Iglesia doméstica, cuya salud y prosperidad "es una condición para la salud y la prosperidad de la Iglesia y de la sociedad misma".
El Santo Padre también destacó el papel de la Virgen en la Iglesia y en las familias. "La presencia de las mujeres en el hogar resulta más necesario que nunca, por lo tanto, para la transmisión a las futuras generaciones los sólidos principios morales y la misma transmisión de la fe".
En este esfuerzo, concluyó el Papa, la presencia materna de María "indicará el camino a seguir con el fin de profundizar en el sentido y el papel de la mujer en la sociedad" y su fidelidad al Señor.