El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Gerhard Müller, visitó la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir", donde aseguró que "no hay revolución en el Vaticano o cambio de dirección", sino una llamada a "superar el letargo y la resignación ante la secularización extrema".
Mons. Müller será nombrado cardenal en el primer consistorio del Papa Francisco el próximo 22 de febrero. El Prelado pronunció en Valencia una conferencia sobre "Colegialidad y ejercicio de la potestad suprema en la Iglesia", en la que destacó la "saludable descentralización" en la Iglesia que el Pontífice habla en la Exhortación Apostólica 'Evangelii Gaudium'.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha destacado que "un reajuste de independencia y colaboración de las Iglesias locales, de la colegialidad episcopal y del Primado del Papa nos permitirá no perder de vista la exigencia trascendental de la cuestión sobre Dios".
"La vida de la Iglesia no puede concentrarse de tal forma en el Papa y su Curia, como si en las parroquias, comunidades y diócesis tuviera lugar sólo algo secundario", explicó, Mons. Müller añadió que "una centralización exagerada de la administración no ayuda a la Iglesia sino que más bien impide su dinámica misional".
"Una Iglesia que sólo girase en torno a los propios problemas estructurales sería espantosamente anacrónica y ajena al mundo, pues en su ser y misión no es otra cosa que la Iglesia del Dios trinitario, origen y destino de cada hombre y de todo el universo", afirmó.
En ese sentido, Mons. Müller ha declarado que "lo que le interesa al Papa es una superación tanto del letargo y de la resignación ante la secularización extrema, como un final de las disputas debilitantes dentro de la Iglesia entre ideologías tradicionalistas y progresistas".
Y de ahí, indicó, que la Exhortación apostólica quiera reunificar interiormente a la Iglesia, "para que el Pueblo de Dios, en su servicio misionero, no sea obstáculo a una humanidad necesitada de salvación y ayuda" y ante los graves problemas que afronta la sociedad actual como guerras civiles, el terrorismo o la pobreza "hacen que sobrevenga a la Iglesia de Dios la tarea trascendental de dar nuevamente esperanza a la humanidad".
El Arzobispo alemán aseguró durante la conferencia en España que la unidad "fraternal" de los obispos de la Iglesia Universal con el Obispo de Roma a la cabeza de todos, se fundamenta en la "sacramentalidad" de la Iglesia, y con ello, en el derecho divino.
Así Mons. Müller ha manifestado que, aún siendo medios "indispensables", nación, idioma y cultura "no son principios constitutivos para la Iglesia, que testifica y realiza la unidad de los pueblos en Cristo".
"La comunión y la misión son los dos elementos que constituyen a la comunidad de los discípulos de Jesús como signo e instrumento de unidad de los hombres con Dios y de unidad entre ellos mismos. Por tanto, la Iglesia es esencialmente una sola, como servidora y mediadora de esa unión. La Iglesia no es la posterior suma de los individuos en su relación autónoma e inmediata con Dios, sino que está ya unida con Cristo orgánicamente como el cuerpo con la cabeza", afirmó.
Además, recordó que la Luz no es la Iglesia, sino Cristo "que ilumina a cada hombre" y que "a pesar de todas las tormentas y vientos contrarios, la barca de Pedro debe volver a izar las velas de la alegría por Jesús, que está junto a nosotros".