El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, llamó a los fieles a responder al llamado de Dios de ayudarlo a salvar el mundo, "alma por alma", haciendo que el amor crezca en las familias, pues a veces "basta con eso para llevar una persona a Dios".
"Dios sigue trabajando para hacer de este mundo su Reino, un nuevo mundo de la fe y la esperanza, de la justicia y del amor. Y está haciendo esta obra a través de nosotros.
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Estamos llamados a ayudar a Dios a traer la salvación a su creación. Estamos llamados a llevar la buena nueva de Jesús a nuestra vida cotidiana, del mismo modo que San Juan Diego llevó esas rosas milagrosas en su ayate", afirmó el Prelado en su última columna publicada en ACI Prensa.
Refiriéndose al reciente aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, Mons. Gómez señaló que "nuestra fe es como esas rosas en la tilma de San Juan Diego. Nuestra fe es un don que Dios ha envuelto en la 'tilma' de nuestras propias vidas, la 'tilma' de nuestros propios corazones".
En ese sentido, insistió en que "estamos llamados a acercarnos a la gente y a abrir sus corazones a la realidad de la presencia y la actividad de Dios en nuestro mundo y en nuestras vidas. Exactamente del mismo modo que lo hizo San Juan Diego".
"Suceden pequeños milagros de su amor y de su misericordia en todas partes, todos los días. Tenemos que ayudar a la gente a ver estos milagros. Tenemos que hacer eso amando más a la gente, cuidando más de ellos, mostrándoles misericordia y, sobre todo, perdón", señaló.
Asimismo, Mons. Gómez recordó el reciente fallecimiento Mandela y su lucha pacífica por la eliminación del Apartheid en Sudáfrica, e indicó que asimismo, "como católicos, sabemos que estamos llamados a tener una influencia en nuestra sociedad. Que estamos llamados a ser pacificadores y a buscar la justicia y el bien común". "Podemos causar una diferencia en el mundo. Y debemos hacerlo", afirmó.
Finalmente, dijo que "en este tiempo santo en que esperamos a Jesús, recordemos también a aquellos que están solos y tristes y que se sienten vulnerables en esta época del año. Oremos por ellos y busquémoslos para llevarles nuestro amor. La mejor manera de prepararnos para la Navidad es tomar a María como modelo e intercesora. Acompañémosla a ella y a San José, mientras avanzamos en nuestro camino a Belén y empezamos de nuevo, con amor y compasión en nuestros corazones".