"Prácticamente, esta imagen de Nuestra Señora no es la original, sino la segunda de Nuestra Señora que fue llevada con alguna dificultad a Italia", recuerda Fiorella Silvestri tras la Misa de las 11:00 a.m. Ella es una de muchas docenas de miembros del grupo de oración que se reúne el 12 de cada mes en el santuario.
Esta es el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Roma. La imagen de Nuestra Señora, -que se cree haber sido hecha en el siglo XVIII por el maestro Miguel Cabrera- fue llevada a Roma por dos sacerdotes jesuitas alrededor de 1770, y ubicada en la Iglesia de Santa María de los Viñedos, al pie de la Colina Capitolina.
Muchos años después, fue movida 91 metros y medio bajo la colina a la iglesia de San Nicola, que es donde permanece hoy.
La pequeña basílica en sí misma fue construida usando las ruinas y bases de templos paganos cercanos. Las columnas eclécticas que sostienen el techo son las originales, algunas con graffitis antiguos en latín.
La construcción de la iglesia comenzó apenas 68 años después de que la imagen de Nuestra Señora apareciera milagrosamente junto a rosas de Castilla, en el manto de Juan Diego, en 1531.
La copia que hoy adorna el altar de la capilla es pequeña, y mide no más de 2 a 3 pies a lo mucho.
"No sé por qué la devoción no ha crecido más. Hemos intentado de muchas formas aumentar el interés… pero no ha crecido mucho de lo que ya lo ha hecho", dijo Silvestri, quien viajó al lugar desde la cercana ciudad de Ostia para la ocasión.
Ella fue una de los primeros miembros del grupo de oración local de Guadalupe.
"Desafortunadamente, esta iglesia es muy pobremente cuidada. Disculpe si lo digo así", lamentó Rebeca Vasquez Flores, otra miembro local, originaria de San Agustín Mimbres, México.
Ella ha venido a la iglesia desde que llegó a Roma para trabajar, hace 28 años.
"¿Qué estoy haciendo aquí? Bien, he venido a venerar a la Virgen. Realmente me gusta venir cuando tengo tiempo, porque no siempre tengo tiempo".
Ella era la única mexicana además del sacerdote celebrante, P. Jose Luis Garcia Bernal, originario de Guzmán, en el estado de Jalisco.
El sacerdote se encontró particularmente conmovido por los italianos cantando en español el himno "La Guadalupana", al final de la Misa.
"Quizás en la forma hay algunas diferencias (entre esta y la celebración en México), pero en términos de fe y encuentro con Jesús en la Eucaristía", dijo el P. García Bernal, "no creo que haya ninguna diferencia".