El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández ha enviado su carta pastoral semanal en la que habla de la llegada de la Navidad, tomando como hilo conductor la oración del tercer domingo de Adviento, "concédenos llegar a la navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante", y donde afirma que la alegría de esta fiesta viene del encuentro con Jesús.
El Prelado explica en su carta que la alegría que se pide en esa oración no viene de fuera. "Si miramos al portal de Belén, veremos que el Hijo de Dios ha venido en la más absoluta pobreza. Allí no hubo ni cenas, ni regalos, ni bulla. Allí hubo mucho amor por parte de su madre María y por parte de José", precisa.
"Esa es la alegría que se nos promete: la paz de Dios en nuestra alma y en el mundo, porque viene a salvarnos el que quita el pecado del mundo y nos hace hijos de Dios. No hay paz sin justicia, no habrá alegría verdadera sin hacer partícipes de esta salvación a los pobres, que sufren en su carne y en su alma las consecuencias del pecado", asegura el Obispo de Córdoba.
Además, Mons. Demetrio Fernández también explica que en este tiempo de Navidad "viene el Señor a sanar todas esas heridas, a curarlas acercándose a cada uno de nosotros con amor, a devolvernos la amistad con Dios, haciéndonos hijos, a restaurar nuestras relaciones humanas, instaurando la fraternidad universal, a empujarnos para salir al encuentro de todas las pobrezas de nuestro mundo".
En ese sentido, Mons. Fernández precisa que ésa alegría desbordante, que colma y sacia el corazón humano va desde dentro de cada uno hacia fuera.
"Rebosa de nuestra alma a nuestro cuerpo, a nuestra sensibilidad e incluso a nuestros sentidos exteriores. La vida cristiana produce alegría desbordante y se nota en nuestro rostro y en el exterior. De esa alegría interior estamos llamados a dar testimonio en nuestro entorno, porque el cristiano no tiene cara de amargura, sino de haber sido redimido. El cristiano vive con la certeza de una victoria", afirma.
El Obispo de Córdoba asegura en su carta que a pesar del ajetreo de estos días navideños que se aproximan, es un tiempo para vivirlo "con María, con la Iglesia que ora y se alegra anticipadamente por la salvación que le viene del Señor. Son días para vivirlos con Juan el Bautista, hombre penitente que prepara los caminos del Señor", porque "no sólo la penitencia nos conduce a la alegría, sino que la verdadera alegría, la que viene de Dios, nos conduce a la penitencia serena y humilde que necesitamos".
Mons. Fernández termina su carta pastoral con una oración que se rezará durante la Misa de medianoche, en Nochebuena, en la que explica que cristiano es "el que espera la venida del Señor, el que desea ese encuentro creciente con el amor de su alma. Por eso, está contento al llegar la Navidad y no deja distraerse por otros elementos extraños a esto. La alegría promete ser desbordante, de dentro afuera, una alegría que el mundo no puede dar, porque sólo viene de Jesucristo nuestro salvador, de nuestro encuentro con él. Por eso, qué triste una Navidad sin Jesucristo".