El Siervo de Dios Rafael Cordero Molina, cuyas virtudes heroicas fueron aprobadas el 9 de diciembre por el Papa Francisco, podría llegar a ser el segundo afroamericano laico del continente americano en llegar a los altares, después de San Martín de Porres, laico negro peruano.
Rafael Cordero Molina, cuya causa se acerca a la beatificación, dedicó su vida a la educación gratuita durante 58 años, fundando una escuela para formar a los niños en los principios de la fe cristiana y la moral.
El Siervo de Dios nació en San Juan (Puerto Rico) el 24 de octubre de 1790, hijo del artesano Lucas Cordero y Rita Molina, mulatos libres. Tuvo dos hermanas mayores, Gregoria y Celestina.
Rafael fue educado por sus padres, ya que al ser negro no se le reconocía el derecho a la educación y carecía de los recursos para pagar una escuela.
En 1810 abrió su primera escuela, en su propia vivienda, dando clases gratuitas a niños negros, que no podían pagar un maestro. Rafael los educaba, además de los conocimientos básicos, en la doctrina cristiana.
Eventualmente, la reputación de buen maestro que llegó a alcanzar el hoy Siervo de Dios llevó a que las familias blancas adineradas enviaran a sus hijos a estudiar con él. Entre sus discípulos se contaron los que hoy son considerados próceres de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico.
En declaraciones a ACI Prensa, el Abad Óscar Rivera, postulador de la causa del Siervo de Dios Rafael Cordero Molina, recordó que su causa "se inició en Puerto Rico en marzo de 2002".
El sacerdote recordó que "hubo ciertas dificultades al principio, porque se creía que (el Siervo de Dios) no tenía fama de santidad, pero sí la tenía".
"O decían que era más un prócer que un religioso", apuntó, pues "el movimiento liberal lo representaba como un estandarte del movimiento liberal y se había ocultado su dimensión religiosa, como católico práctico, catequista".
Rafael Cordero Molina, recordó el postulador de su causa, "tenía fama de buen maestro y de padre" y "era un hombre muy bueno con los niños".
En medio de una sociedad bastante racista, señaló, los niños educados por el Siervo de Dios "empezaron a soñar una sociedad diferente. Ellos que van a ser después los próceres que van a educar después al pueblo que la discriminación al negro era injusta".
"Ya en 2009 la Comisión de Peritos en Historia del Vaticano dio su visto bueno a la fama de santidad del Maestro Rafael. En el 2012 los teólogos dieron su veredicto de que había vivido las virtudes cristianas de forma heroica".
El Abad Óscar Rivera señaló que "el 19 de noviembre -día de Nuestra Señora de la Providencia, patrona del país, sin que lo supieran en la Congregación- los cardenales y obispos, supongo que eran unos 30 en representación de los demás, aprobaron las virtudes heroicas. Y ayer nuestro Papa Francisco selló este regalo con su reconocimiento de las virtudes heroicas del Maestro Rafael Cordero".
El sacerdote destacó que este reconocimiento se produjo "en el día de Juan Diego, por una parte, y la Inmaculada, que se celebra acá el 9 de diciembre".
El postulador de la causa indicó que "este acontecimiento es bastante significativo ya que nuestro país está sumido en una crisis y da aliento saber que un hombre discriminado por su raza, por su pobreza, haya sobresalido por su entrega desmedida a los demás, por su servicio de amor por medio de la educación".
"Un hombre humilde que tuvo oportunidad de riquezas y honores y, sin embargo, se dedicó en cuerpo y alma a los niños, su tesoro, su amor", dijo.
El Siervo de Dios Rafael Cordero falleció el 5 de julio de 1868. Poco antes de su muerte, pidió al Estado que se hiciera cargo de completar la educación de sus últimos alumnos.
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