Con el respaldo del presidente de Uruguay, José Mujica -que también ha promovido la ley que permite el aborto y el mal llamado "matrimonio" gay- el Senado de ese país votó ayer a favor de la legalización de la marihuana, determinando que su venta quedará en adelante en manos del Estado. La medida disparó inmediatas protestas tanto a nivel nacional como internacional, que alertan sobre el fracaso de otras naciones que tienen normas similares.
La expectativa del gobierno uruguayo con esta ley es que al asumir el Estado el comercio de esta droga, se reducirá el narcotráfico.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Sin embargo, en declaraciones al diario uruguayo El País, el senador del Partido Nacional, opositor al régimen de Mujica, Carlos Moreira, advirtió que si lo que se buscaba el mandatario al impulsar esta ley era terminar con el narcotráfico "no se va a lograr y además se genera un lío enorme, porque será imposible controlar el límite para el autocultivo".
"La marihuana va a estar al alcance de la mano y de esa forma se va a aumentar notablemente el consumo, así pasó en la mayoría de los países que legalizaron", indicó.
Moreira también criticó la falta de coordinación con otros países de la región que sufren el flagelo del narcotráfico, como es el caso de Brasil y México.
"No consultamos a nuestros vecinos y Brasil está tomando medidas totalmente diferentes, quiere penalizar hasta el consumo", dijo.
Por su parte, el senador Alfredo Solari advirtió que la legalización de la marihuana supondrá un aumento en el consumo, al incrementarse su disponibilidad.
"Si la estrategia del Gobierno es vender una droga que es de mejor calidad y de igual precio, como han dicho, ciertamente no va a bajar la demanda. Al contrario, va a aumentar, como pasó en todos los países donde se legalizó", dijo.
Solari indicó además que, a pesar de que en la ley prohíbe la venta de marihuana a extranjeros, "esto va a ser como en los free shop: un visitante va a encontrar algún uruguayito que preste la cédula para comprar un porro en la farmacia".
Poco antes de la votación que definió la legalización de la marihuana, reconociendo que la mayoría de uruguayos se oponen a esta medida, José Mujica les pidió una "oportunidad" para lo que calificó de "experimento".
Según Mujica, la oposición de la mayoría de ciudadanos no "puede paralizar ensayar nuevos caminos ante un problema que nos tiene agarrados".
La ley del aborto, otro experimento de Mujica, ha cobrado, según estiman organización abortista Mujer y Salud de Uruguay, cinco mil vidas de niños en el vientre en su primer año de ejecución, sin lograr desaparecer los abortos clandestinos.
El senador Jorge Larrañaga criticó que "es lamentable utilizar al país y a sus jóvenes para un experimento de este tipo".
La ley impulsada por Mujica, señaló, "parte de premisas falsas, objetivos equivocados, éticamente cuestionables y propone soluciones a nuestro juicio, erradas".
"El gobierno abre una puerta al vacío. Desconoce los verdaderos intereses de los uruguayos. La agenda de los problemas nacionales pasan por otro lado".
El senador Larrañaga aseguró que asume "mi compromiso y el del Partido Nacional de derogar esta ley".
En declaraciones recogidas por la agencia Efe, el secretario general del Sindicato Único de Policía del Uruguay (SUPU), Luis Clavijo, advirtió su preocupación por el tema, pues mientras que "el gobierno dice que es para combatir el narcotráfico y ayudar a disminuir los daños, pero no creemos que resulte así".
"El narcotráfico, como el terrorismo, se combate infiltrando gente en sus redes y poniendo gente en la calle para combatirlo allá donde esté", señaló.
Esta ley tendrá como efecto que jóvenes que "ni siquiera se habían acercado" a la marihuana, lo hagan ahora, al hacerse legal.
Por su parte, la psicóloga Nancy Alonso, de la Fundación Manantiales, el principal centro de rehabilitación de drogadictos de Uruguay, indicó que "nosotros partimos de la base de que hay que consumir cero drogas y cero alcohol. Desde ese lugar, la legalización no mitigará el consumo, sino todo lo contrario".
"La gente va a tener más acceso y algo que antes era prohibido y malo, ahora se verá con normalidad", criticó.
La legalización de la marihuana, advirtió, dificultará aún más el trabajo de recuperación de los adictos.
"La marihuana es más cancerígena que el tabaco y es muy adictiva. Y ha sido la puerta de entrada a otras drogas para muchos de nuestros pacientes. Hacerla legal hace ver que no es tan mala y que no hace daño", señaló.