El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, afirmó en una nueva carta pastoral que se necesitan de "muchos y santos sacerdotes, llenos de Dios" que sirvan para la Nueva evangelización, pues la mejor pastoral vocacional es el testimonio de estos sacerdotes.
En su carta, el Prelado habla sobre la solemnidad de la Inmaculada Concepción que tiene lugar el 8 de diciembre. "De esta manera, con esta plenitud de gracia, Dios preparó una digna morada para su Hijo. Ella es la primera redimida, la más redimida, la mejor redimida. Ella es el fruto primero y más completo de la redención que su Hijo viene a traer para todos", afirmó.
Asimismo, recordó que "la Inmaculada es patrona de España" y destacó que el país ibérico "ha defendido 'de siempre' esta cualidad de María, mucho antes de que se proclamara como dogma universal en 1854 por el Papa beato Pio IX".
La fiesta de la Inmaculada Concepción, afirmó, es "como un anticipo de la misma Navidad que se acerca".
En su carta, Mons. Fernández destacó que el próximo 8 de diciembre también se celebrará la ordenación de dos sacerdotes y tres diáconos. "¡Qué día más grande! Es uno de esos días señalados en el calendario con azul de cielo. Por María, azul celeste, y por los nuevos ordenados, que son un regalo del cielo para la diócesis y para la Iglesia universal", expresó.
En ese sentido, recordó la necesidad de "muchos y santos sacerdotes, llenos de Dios" que sirvan para la Nueva evangelización, y que vivan la pobreza "para estar ligeros de equipaje y tocar de cerca la carne herida de Cristo".
Sacerdotes que vivan el celibato con "un corazón indiviso, en la castidad perfecta", que sirvan "sin buscar sus intereses ni su propia gloria" y con humildad "para que brille la gloria de Dios en sus obras".
El Obispo de Córdoba aseguró que "la mejor pastoral vocacional es el testimonio de una vida entregada y gozosa por parte de los sacerdotes" y afirmó que "todos los que hoy son sacerdotes lo son porque al sentir la llamada de Dios en su corazón, se han encontrado con un sacerdote referente, viendo realizado en él lo que Dios quiere realizar en los llamados".
Por eso, pidió no solo rezar por las vocaciones, sino también por aquellos que ya son sacerdotes, "a fin de que sus vidas sean el mejor reflejo de Cristo sacerdote entre sus hermanos".
"No es fácil ser sacerdote hoy, pero es apasionante. Como no fue fácil a María recibir la llamada a entregar su vida por completo y ponerla al servicio de Jesús. Es admirable la respuesta dada por María y es admirable, en su medida, la respuesta dada por el joven que se siente llamado", precisó.
Por eso pidió en su carta que la Virgen María proteja "a los sacerdotes y seminaristas la fidelidad al don recibido, porque siendo tan sublime este don, perderlo sería una desgracia inmensa. Para toda la vida, como María. Dios no se merece menos".