El nuevo Secretario General y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), P. José María Gil Tamayo, ha apuntado que la posición de la Iglesia en España ante la situación económica actual y los recortes, es atender a los casi dos millones de familias en España que tienen a todos sus miembros en paro.
"Hay una posición, que ante todo hay que salvar a las personas y que las personas no son números de unas cifras macroeconómicas y esa persona es una familia, son esos dos millones de personas que ningún miembro de la familia accede al trabajo, y esa situación de pobreza, de desigualdad que hay que aliviar, y de esto sabe la Iglesia algo porque derivan hacia la Iglesia las situaciones cuando ya todos los recortes o todas las planificaciones económicas se llevan", ha subrayado.
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Así lo ha indicado en declaraciones a la SER recogidas por Europa Press, durante una entrevista en la que se ha conocido la noticia de la muerte del que fue presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo entre 2001 y 2008, Francisco José Hernández. Gil Tamayo ha dicho que le conocía y ha trasladado sus condolencias a la familia.
Por otra parte, el P. Gil Tamayo ha relacionado la crisis de la familia y demográfica con la crisis de vocaciones. "Las vocaciones han disminuido, ha habido ya un remonte, se ve afectado por la secularización y por la situación de la familia, si no hay hijos cómo los van a dar. Si en una familia hay un hijo, cómo le explicas el sentido de fraternidad, es muy difícil, no hay un referente natural", ha destacado.
Por otra parte, ha secundado las recientes declaraciones del Papa Francisco en las que criticaba el "capitalismo salvaje" que "busca beneficios a cualquier coste" y ha pedido a los partidos políticos que tengan "apertura de miras" para que prioricen el objetivo de "asegurar el bienestar de la población".
"Ya luego discutirán sobre ideologías", ha insistido el sacerdote extremeño. Además, considera que se ha "silenciado" el papel de la Iglesia en toda la transición política, pues la Iglesia "contribuyó de forma decisiva al final del régimen".
También ha aclarado que el mensaje de crítica al capitalismo del Papa Francisco "es el mismo que tenía Juan Pablo II". "No ha habido una campaña de marketing para definir unas estrategias, nadie esperaba al Papa Bergoglio", ha asegurado el P. Gil Tamayo, que ha destacado, sin embargo, que, a pesar del "aire y la frescura nuevos" que trae el nuevo Pontífice, hay una continuidad en el proceso de renovación de la Iglesia.
En este sentido, ha restado importancia al hecho de que la Iglesia se renueve porque "lleva 2.000 años haciéndolo" y es necesario que así sea. De hecho, ha indicado que el Evangelio "no se cortaba en los inicios de la Iglesia al denunciar que uno de los apóstoles iba a traicionar a Jesús y que otro le negaría" y ha añadido que en su recorrido, la Iglesia "ha tenido debilidades" pero también "grandezas".
Aun así, ha reconocido la existencia del "fenómeno Francisco" que se observa, según ha indicado, en la afluencia de fieles a Roma y que se está traduciendo en una renovación pastoral y en cambios hacia una "corresponsabilidad de los obispos de todo el mundo con Roma".
El nuevo portavoz de la CEE se ha referido también a las intenciones del PSOE de acabar con el Concordato entre el Estado español y la Santa Sede en cuanto llegue al poder y les ha restado importancia.
De hecho, ha sugerido que las afirmaciones se enmarcan en el ámbito del "lenguaje de mitin o de precampaña" y confía en que "en el PSOE hay gente seria".
El Concordato "no es solo un acuerdo con otro Estado", ha indicado "sino que regula las relaciones con la Iglesia que está aquí mismo, en España y que cada fin de semana reúne a más de 10 millones de personas, más que el deporte", ha recordado el P. Gil Tamayo, que ha indicado que, además, el hecho religioso está protegido por la Constitución.
Los inmigrantes "vienen a construir el país"
Asimismo, ha pedido que se elimine la visión de los inmigrantes como "delincuentes" y ha asegurado que, por el contrario, la inmigración es un fenómeno que hay que "aceptar y acoger". "Son personas que vienen a construir el país, es algo positivo", ha indicado.
Aun así, ha pedido al Gobierno que, en lugar de presionar a los inmigrantes con medidas "disuasorias", impulse una mayor regulación de la inmigración combatiendo "las mafias que se lucran con la miseria humana".
Por otra parte, ha reclamado que no se vea su propia elección como portavoz de los obispos "en clave de alternancia política" porque "todos están en el mismo barco".