En diálogo con periodistas locales, el limosnero de la Caridad Papal, Mons. Konrad Krajewski, fue consultado sobre el deseo del Papa Francisco de acompañarlo por las noches para llevar ayuda a los pobres en Roma, según hoy señalan algunos medios de comunicación de Italia.
"Al principio, cuando yo solía salir por la noche por Roma, a veces el Papa me preguntaba si podía acompañarme, y no se daba cuenta de los problemas que se podían crear si se supiera que salía del Vaticano", dijo Mons. Krajewski en diálogo con algunos periodistas en el Vaticano.
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Cuando le preguntaron específicamente si el Pontífice ha salido en alguna ocasión del Vaticano y lo ha acompañado alguna vez, el Arzobispo polaco contestó con una sonrisa: "Pasemos a la siguiente pregunta", lo que ha generado algunas especulaciones al respecto.
El Prelado dijo luego que no quiso responder "para no participar en este juego. Si hubiera respondido que no, no me habrían creído de todos modos. ¿Para qué seguir con este punto? El Papa ya hace tanto bien. 'Sale' a través de mi, 'sale' con sus palabras, 'sale' por horas en ocasiones como en las audiencias generales, a abrazar a los enfermos y los sufrientes".
Mons. Krajewski relató cómo el Papa, cuando le nombró limosnero el pasado 3 de agosto, le pidió que hiciera como él hacía cuando era Arzobispo de Buenos Aires y salir personalmente a llevar la ayuda a los necesitados.
El Arzobispo polaco, de 50 años, recordó lo que Francisco le dijo tras nombrarlo. "No te sentarás detrás del escritorio. Lo puedes vender. No esperes que la gente llame a tu puerta, ve a buscarla. Te quiero entre la gente para que lleves mi caricia a los pobres, a los desheredados, a los últimos", afirmó el Papa.
"Estos mis brazos, son limitados. Si los podemos alargar con los brazos de Conrado podemos tocar a los pobres de toda Italia. Yo no puedo salir, él, sin embargo, es libre", le dijo el Papa según refirió el Limosnero.
Prefiere que le llamen Don Conrado como suele llamarse en Italia a los sacerdotes, pese a ser Arzobispo y contó que el Papa bromeando también le dijo que "cuando alguien te llame 'excelencia' pídele un importe de cinco euros para los pobres".
"Cada vez que me ve el Papa, me pregunta si necesito dinero", explicó el limosnero, que relató que el Pontífice suele decir que "una cuenta corriente es buena cuando está vacía porque se ha donado a los necesitados".
El Prelado polaco, que vive fuera del Vaticano para poder estar más disponible con la ayuda, contó que el Papa le ha pedido que visite los hospicios para llevar su ayuda a los ancianos, y recuerda que lo envió a la isla italiana de Lampedusa para hacer donaciones a los inmigrantes supervivientes del naufragio del 3 de octubre, en el que fallecieron 300 personas.
En Lampedusa, Mons. Krajewski compró 1 600 tarjetas telefónicas para los inmigrantes para que pudieran llamar a casa, ya que con el Santo Padre coincidió que era eso lo que más necesitaban.
Cada mañana, relató, se levanta a las 4:30 a.m. e inicia su jornada respondiendo a las cartas de ayuda que llegan al Vaticano y a las que el mismo Papa entrega al limosnero.
Se encarga de comprobar que las cartas, en las que muchos piden ayuda para pagar las facturas de la luz o el alquiler, sean verdaderas y a través del párroco de la zona desde dónde llega la petición se envían las donaciones
También sale por las noches, acompañado de los guardias suizos que colaboran con él fuera de su horario, y lleva ayuda y comida a los indigentes, ancianos, hospicios o comedores e, incluso, ha acompañado alguna vez a algún borracho a casa.
El año pasado, la Limosnería apostólica distribuyó cerca un millón de euros y ayudó, además de a Caritas, a 6.500 personas.