En la Misa que presidió este lunes en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco alentó a pedirle a Dios la gracia del coraje para seguir adelante, incluso ante "situaciones extremas".
El Santo Padre desarrolló su homilía deteniéndose en las figuras que nos presentan la Primera Lectura, tomada del Libro de Daniel, y el Evangelio: los jóvenes judíos esclavos en la corte de Nabucodonosor y la viuda que va al Templo a adorar al Señor.
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"Ambos –la viuda y los jóvenes– han arriesgado. En su riesgo han elegido al Señor, con un corazón grande, sin interés personal, sin mezquindad. No tenían una actitud mezquina. El Señor, el Señor es todo. El Señor es Dios y se confiaron en el Señor. Y esto no lo han hecho por una fuerza –me permito la palabra– fanática, no: 'Esto debemos hacerlo, Señor', ¡no! Es otra cosa: se han confiado, porque sabían que el Señor es fiel. Se confiaron a aquella fidelidad que existe siempre, porque el Señor no puede mutarse, no puede: es fiel siempre, no puede no ser fiel, no puede renegarse a sí mismo".
Esta confianza en el Señor, agregó, los ha llevado "a hacer esta elección, por el Señor", porque saben que Él "es fiel". Una elección que vale para las cosas simples como para aquellas decisiones grandes y difíciles.
"También en la Iglesia, en la historia de la Iglesia se encuentran hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, que hacen esta elección. Cuando escuchamos la vida de los mártires, cuando leemos en los periódicos sobre las persecuciones contra los cristianos, hoy, pensamos en estos hermanos y hermanas en situaciones extremas, que hacen esta elección. Ellos viven en este tiempo. Ellos son un ejemplo para nosotros y nos alientan a dar al tesoro de la Iglesia todo aquello que tenemos para vivir".
El Señor, recordó Francisco, ayuda a los jóvenes judíos en esclavitud a salir de las dificultades y también la viuda es ayudada por el Señor. Está la alabanza de Jesús por ella y detrás de la alabanza hay una victoria:
"Nos hará bien pensar en estos hermanos y hermanas que, en toda nuestra historia, también hoy, hacen elecciones definitivas. Pero también pensamos en tantas mamás, en tantos padres de familia que cada día realizan elecciones definitivas para ir adelante con su familia, con sus hijos. Y esto es un tesoro en la Iglesia".
Ellos, concluyó el Papa, nos dan testimonio, y ante tantos que nos dan testimonio pidamos al Señor la gracia del coraje, del coraje de ir adelante en nuestra vida cristiana, en las situaciones ordinarias, comunes, de cada día y también en las situaciones extremas".