Este sábado 23 de noviembre se reunirán en el Vaticano más de 500 adultos catecúmenos provenientes de 47 países, algunos de los cuales participarán del Rito de Admisión al Catecumenado, dirigido por el Papa Francisco.
El encuentro forma parte de los eventos de clausura del Año de la Fe, que concluirá con una solemne ceremonia que reunirá a miles de personas junto al Papa Francisco en el Vaticano el 24 de noviembre.
El Arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, explicó en declaraciones a ACI Prensa que el objetivo "es hacer una positiva provocación" a cuantos hoy día desconocen o temen acercarse a la fe católica, o se han adormentado en este camino hacia Cristo.
"Queremos recordar que termina un año, pero la fe es un camino que continúa toda la vida, y los catecúmenos nos recuerdan esto, porque a pesar de compartir historias muy dolorosas, todos tienen en común la alegría de haber encontrado a Cristo, y por tanto, la exigencia de deber seguirlo, buscarlo, y convertirse en sus verdaderos discípulos".
"Es cierto que les llevará unos años recibir el Sacramento del Bautismo, tienen un camino largo que recorrer, pero están animados por ese gran deseo de formar parte de la Iglesia", añadió.
Durante el encuentro del sábado, el Papa Francisco presidirá el Rito de Admisión al Catecumenado de 35 catecúmenos, de entre los 20 y los 40 años de edad, procedentes de países donde vivir la fe puede ser un motivo de persecución, como China, Cuba, Sudán o Timor.
Durante el rito, el Papa Francisco formulará las preguntas tradicionales: "¿Cuál es tu nombre?", con la cual se pide al catecúmeno el nombre que elige para su bautismo; "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?", cuya contestación sería la fe; y "¿Qué te da la fe?", "la vida eterna" es la respuesta.
Acto seguido el Santo Padre procederá a hacer la señal de la cruz sobre sus frentes, de manera que estos catecúmenos queden acogidos en la Iglesia.
Durante el encuentro no se celebrará la Eucaristía, visto que los catecúmenos no pueden participar de ella hasta que no reciban la Primera Comunión.
Además, durante el encuentro, los catequistas leerán algunos testimonios de los catecúmenos y en algunos casos se protegerá la identidad del catecúmeno debido a la persecución de los cristianos en sus países de procedencia.
Mons. Fisichella explicó que para los cristianos bautizados "la presencia de los catecúmenos significa la gran necesidad de tomar la fe en serio".
Con su elección adulta, los catecúmenos nos recuerdan que "necesitamos expresar la fe, vivirla, con la presencia de vida como hijos de Dios, como aquellos que recibieron una vida nueva en el bautismo, y también nos recuerdan el coraje que debemos de tener al vivir la fe".
"Muchas veces no se vive la fe con coraje, incluso a veces se esconde que uno es cristiano, muchas veces en lugares públicos preferimos callar en lugar de hablar de nuestra identidad. Bueno, los catecúmenos nos dicen un poco esto, muchos de ellos pondrán en riesgo sus propias vidas, pero hacen esta elección. Creo que deberíamos pensar un poco sobre esto", concluyó.