Una imagen de la Virgen Inmaculada fue decapitada y robada de un santuario a metros de la Catedral de La Plata (Argentina), en el marco de una sucesión de hechos violentos y de profanación contra lugares del culto en los últimos dos meses.
A la imagen ubicada en el santuario del movimiento Schoenstatt, había sufrido hace dos semanas otro ataque, cuando le cortaron ambas manos.
El hecho se sumó a una serie de ataques que sufrió la capilla en los últimos quince días y ocasionó la preocupación de los fieles. "Es el destrozo sin ningún sentido porque en ninguno de los casos llevaron cosas de valor", dijo Elena Ayanz, miembro del movimiento de Schoenstatt, en declaraciones al diario El Día.
El primero de los ataques se produjo hace unos 10 días cuando los símbolos del Vía Crucis fueron despegados de las columnas del jardín y arrojados a la vereda. Algunas cruces pudieron ser recuperadas y dos desaparecieron. También apareció rota una placa en la que se encontraba una oración que habitualmente es rezada por los jóvenes.
"Todo lo que rompieron son símbolos religiosos, por eso estamos preocupados y doloridos", señaló Isabel, miembro de la congregación Hermanas de María de Schoenstatt.
Antes de que le cortaran la cabeza a la Inmaculada, el ensañamiento dejó sus marcas en la corona de metal que tenía la imagen. Pero como no pudieron arrancarla, la dejaron retorcida.
La religiosa consideró que el último ataque se produjo este miércoles a eso de las 13, cuando un fuerte chaparrón hizo que las personas que estaban en el predio buscaran refugio en el interior del santuario.
"Lo que pasó es muy grave porque dañaron un símbolo religioso muy importante. Seguramente para desprender la cabeza le dieron un mazazo", agregó la hermana Isabel.
Otros casos
Con éstos son por lo menos siete los ataques de estas características perpetrados contra lugares de culto cristianos en dos meses.
El primero se produjo el 25 de septiembre, cuando alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires realizaron pintadas y ocasionaron destrozos en la parroquia San Ignacio de Loyola, el templo más antiguo de la ciudad, tras acceder por un túnel que une ambos edificios en medio de una toma estudiantil.
En los últimos meses también fueron atacadas la parroquia San Antonio de Padua, en Capilla del Monte, Córdoba; la catedral de Mar del Plata, la Casa de Espiritualidad de la arquidiócesis de Bahía Blanca y los templos metodistas de Rosario y de Buenos Aires.