El P. Pedro Mercado Cepeda, secretario para las Relaciones con el Estado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), aseguró que a un año del inicio de los diálogos de paz entre el gobierno de Colombia y el grupo narcoterrorista FARC, queda confirmado que "a pesar de los pesares, dialogar ha valido la pena".
En una columna publicada en el diario colombiano El Espectador, titulada "Ha valido la pena", el P. Mercado Cepeda indicó que "a un año de su inicio, no obstante las complicaciones propias de un proceso que se desarrolla en medio del conflicto armado y del escéptico escrutinio de la opinión pública, los resultados hasta ahora obtenidos nos confirman que el diálogo es el único camino posible para construir los necesarios consensos y poner fin a tantos años de inhumana violencia".
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El sacerdote colombiano recordó que la Iglesia Católica en el país "saludó, con alegría y esperanza, el inicio de las negociaciones para poner fin al conflicto armado interno y ha brindado un apoyo público, permanente y decidido a esta iniciativa de paz".
El P. Mercado advirtió que "para la Iglesia, el proceso de negociaciones no puede amparar, en modo alguno, la impunidad".
"La paz verdadera no se construye sacrificando la justicia, como algunos afirman, sino aplicándola en su sentido más profundo, que no es la venganza o el castigo, sino la reparación del delito", subrayó.
El secretario para las Relaciones con el Estado de la CEC apuntó que "el proceso de negociaciones, ciñéndose a los criterios jurídicos establecidos por el derecho internacional, debe operar los mecanismos de la justicia transicional y encontrar salidas legales que faciliten la plena reincorporación y participación en la vida social y política de los rebeldes, evitando cualquier apariencia de ilegalidad o impunidad".
"En ese tema, como en otros, se requiere mayor claridad y transparencia de las partes frente a la opinión pública", pidió.
El P. Mercado dijo también que "la Iglesia está firmemente convencida de que el fin del conflicto armado pasa por el reconocimiento de la dignidad de las víctimas y por la tutela de sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación".
"Precisamente por ello, en repetidas ocasiones los obispos han reiterado la necesidad de que el proceso abra mayores espacios de participación que permitan escuchar y atender los legítimos requerimientos de quienes han sufrido las consecuencias del conflicto".
El presbítero subrayó que las negociaciones de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia "no pueden dar la espalda al sufrimiento de tantos años, más aún cuando -como hemos podido comprobar- son las víctimas las primeras dispuestas a la reconciliación y al perdón generoso".
El P. Mercado indicó que "la Iglesia entiende que el final del conflicto armado requiere atacar las causas que lo originan o lo favorecen", por lo que "el episcopado colombiano ha reflexionado en sus últimas asambleas sobre cuestiones tan relevantes como la minería, la crítica situación del sector salud, la cuestión agrícola, la corrupción, etc".
"Estamos firmemente persuadidos de que sólo el establecimiento de un orden social más justo y equitativo podrá garantizarnos una paz estable y duradera", dijo.
Reconociendo que "es comprensible que el proceso de negociaciones haya suscitado a lo largo de este período dudas y controversias", el P. Pedro Mercado dijo que "la diversidad de opiniones sobre el proceso debe ser asumida como expresión de sano pluralismo democrático".
"Precisamente por ello, el cardenal Salazar ha hecho un llamado a los líderes políticos del país, de todas las fuerzas políticas, para que sus eventuales diferencias se expresen en un clima de respeto, sin descalificaciones o ataques que en nada contribuyen al sano debate", recordó.