El Arzobispo de Zaragoza (España), Mons. Manuel Ureña, ha considerado que el hecho de que se atentara contra la Basílica del Pilar, un santuario religioso, "no altera sustancialmente la cosa, ya que lo grave es atentar", y ha dicho que el hecho de que los detenidos sean extranjeros "no será un factor determinante para la Justicia, sino que serán tratados en paridad de condiciones como si fueran españoles".
Así lo ha hecho saber Mons. Ureña en declaraciones a los medios de comunicación, poco después de presidir la Eucaristía que ha tenido lugar en el Monasterio de los Jerónimos de Murcia, y que ha dado comienzo al solemne acto oficial de apertura del curso 2013-2014 en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
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Mons. Ureña ha recordado que en la basílica "había una paz enorme porque no había pasado nunca nada", pero a principios de octubre estalló un artefacto "en el centro mismo del interior de la basílica, en la Vía Sacra".
Aunque no hubo que lamentar víctimas, Mons. Ureña ha señalado que el artefacto las pudo ocasionar. "Y eso es lo más importante, porque cuando hay víctimas se destroza lo peor, que es la persona", ha resaltado.
Ha indicado que los destrozos en el patrimonio histórico-artístico "no fueron gran cosa tampoco, salvo en el órgano, no porque fuese alcanzado por ningún proyectil producido por la explosión, sino por la nube de polvo que se produjo, y que se coló en todos los intersticios del órgano".
El Aarzobispo ha declarado que esto "va a costar una verdadera fortuna, porque hay que desmontarlo pieza por pieza, vendrán técnicos alemanes de la casa en la que fue comprado el órgano y se podrá lograr restaurarlo y quitar el polvo, pero con gastos muy cuantiosos".
La Policía dijo al Arzobispado que se procedería a una investigación "muy esperada, como siempre lo hace la Policía". Transcurridos dos meses, al final "han localizado a los autores del atentado".
Ha criticado que "todos los atentados son malos, independientemente de que sean contra un edificio de la Iglesia o propiedad de las administraciones públicas o privadas". El problema fundamental, ha añadido, es "atentar contra un bien de interés nacional".
"Imagínese lo que significa El Pilar, que está considerado, posiblemente, como el primer santuario mariano del mundo. De hecho, ha recordado que cada año se acercan a visitarlo una media de 11 millones de personas".
Por tanto, ha remarcado que el monumento "tiene una gran significación y es como un gran patrimonio de la humanidad, independientemente de que goce de esa calificación o no lo hayamos presentado para optar a esa calificación".
De todas formas, ha aclarado que este atentado "no cambia sustancialmente nada", porque cuando se atenta, por ejemplo, contra una casa o un teatro "es lo mismo". El hecho de tratarse de un hecho religioso "no altera sustancialmente la cosa, lo grave es atentar".
No obstante, ha precisado que la humanidad "va buscándose a sí misma, a ver si se encuentra, y yo creo que mientras el hombre sea hombre siempre habrá problemas y siempre tendremos que enfrentarnos con la fuerza ciega de la sinrazón".