En el marco de los festejos por los 200 años de la terminación de la Catedral Metropolitana de México, se ofreció un concierto de una hora y totalmente gratuito, en el que se interpretó el Réquiem de Brahms, versión Londres, adaptada para piano, como un homenaje a todos los albañiles, ingenieros, arquitectos y artistas que intervinieron en la construcción del templo.
El concierto fue una iniciativa de la Comisión Nacional de Arte Sacro y estuvo bajo la dirección musical del maestro Genaro Rábago Palafox, quien dirigió al coro de unas 50 voces, frente al Altar de los Reyes de la Catedral, con un lleno total de público.
Según señala el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), para la realización de este concierto se hizo un llamado a través de las redes sociales, para buscar voluntarios que supieran leer música o que ya hubieran interpretado esta obra musical y la respuesta fue sorprendente.
Se realizaron dos ensayos por semana, durante un mes, en el auditorio del Colegio Cedros, y el coro adoptó el nombre temporal de la patrona de los músicos: Santa Cecilia. La iniciativa estuvo inspirada en el llamado del Papa Francisco, de buscar nuevas formas para acercar a la gente a la Iglesia.
Al concierto asistió, con la representación de Rafael Tovar y de Teresa, Director General de CONACULTA, el Director de Sitios y Monumentos, Rafael Delgado Lama. También asistieron varias personalidades, arquitectos e ingenieros que en años recientes, han trabajado en el mantenimiento y restauración de la Catedral Metropolitana de México.
El Réquiem de Brahms fue estrenado en la Catedral de Bremen, Alemania, en 1868 y contiene textos bíblicos; es una meditación sobre la vida y la muerte, aunque se aleja de la liturgia tradicional de la Iglesia, de modo que es un híbrido entre las formas musicales de la cantata y el oratorio.