Derecho a Vivir celebra que el Tribunal Supremo haya anulado la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que absolvió al doctor Carlos Morín y a otros diez acusados de haber practicado 89 abortos ilegales durante 2007 en dos clínicas de Barcelona, porque considera que el fallo absolutorio era "de marcado corte ideológico e inadmisible".
Así lo ha declarado a Europa Press la portavoz de la organización, Gádor Joya, quien ha incidido en que la sentencia que absolvió al personal sanitario acusado "aceptaba que había mujeres que no habían sido vistas por los psiquiatras y lo daba por bueno" como método para evaluar el estado de riesgo para la salud mental bajo el que se podían practicar un aborto dentro de la ley.
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"La sentencia nos parecía más propia de ideología que de justicia. Aceptaba y reconocía que había mujeres que habían sido atendidas por teléfono por el psiquiatra. Que un juez acepte que esto sea hecho por teléfono demuestra la clara intención del juez de que este tipo de delitos puedan cometerse impunemente", ha señalado.