El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Juan Antonio Martínez Camino, agradeció la acogida de la Diócesis de Tarragona en la reciente ceremonia de beatificación de 522 mártires y afirmó que "la Iglesia no se olvida de ninguna víctima".
Durante la conferencia de prensa -en la que también participó el Arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol-, Mons. Martínez Camino afirmó que los peregrinos y obispos presentes "nos hemos sentido como en casa y se ha trabajado con un gran espíritu de colaboración entre la Conferencia Episcopal y el Arzobispado".
Mons. Martínez Camino también ha destacado que "la Iglesia no se olvida de ninguna víctima". "Se habla del siglo XX como el siglo de la violencia y de las víctimas. Es el siglo de las declaraciones de los Derechos Humanos, pero también un siglo oscuro para los millones de víctimas inocentes que fueron objetos de ideas totalitarias de diferente signo político, que quisieron imponer por la fuerza de sus ideas y llevaron al siglo XX a la hecatombe. De entre todas las víctimas la Iglesia reconoce a algunos de sus hijos que murieron por ser católicos, por no renegar de su amor a Cristo y por fidelidad a su fe", ha declarado el Obispo.
Según ha subrayado el Secretario General de la CEE, esta beatificación tendrá "un larguísimo alcance histórico" y será "una ocasión para que nadie se olvide de ninguna víctima".
Sobre la participación de dos miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Mons. Martínez Camino ha destacado que los mártires de todas las confesiones cristianas son los "primeros ecumenistas" y "nos dan ejemplo de perdón al enemigo".
Dijo que "el siglo XX ha sido un siglo oscuro para millones de personas", por eso ha recordado en particular a judíos y ortodoxos, y ha subrayado que "todas las víctimas merecen respeto, todas han ofrecido su vida por causa de la intolerancia".
"Es un deber de piedad y de humanidad tratar de encontrar donde están los restos de los seres queridos", indicó el Prelado, que recordó que de varios de los mártires no se ha encontrado su cuerpo, como es el caso del Obispo Auxiliar de Tarragona, Mons. Manuel Borrás, que en 1936 fue fusilado y quemado mientras agonizaba.
Por su parte, Mons. Jaume Pujol destacó la celebración de las vísperas en la Catedral el sábado por la tarde, en donde subrayó la importancia "del perdón y la reconciliación".
"Nadie de nosotros experimentará ni un ápice de resentimiento hacia aquellos que los persiguieron. Ni tampoco la satisfacción de haber cumplido con un acto de justicia histórica, a la manera del mundo. ¿Cómo no vamos a perdonar si todos ellos murieron, a imitación del Señor, con palabras de perdón en sus labios? El primer fruto, diría, la primera gracia de los nuevos mártires, será la gracia del perdón y de la reconciliación", señaló al recordar parte de su homilía.
El Prelado también recordó las palabras que el Papa Francisco dirigió a los participantes de la beatificación.
En el mensaje, Francisco destacó que "los mártires son cristianos ganados por Cristo, discípulos que han aprendido bien el sentido de aquel amar hasta el extremo que llevó a Jesús a la Cruz".
Mons. Pujol reconoció que para él fue especialmente emotivo cuando la Escolanía de Montserrat interpretó el "Girasol", un himno cuya letra compuso Jacinto Verdaguer y música del P. Angel María Rodamilans, quien fue director de la Escolanía, que murió mártir y que ha sido beatificado en este grupo de 522.
Mons. Pujol ha destacado que le apena que haya gente que se pueda sentir dolida por un acto como este y que la Iglesia "más que abrir heridas, quiere curarlas", por eso ha reiterado su petición a que "no haya odio".
La beatificación de 522 mártires el pasado 13 de octubre fue seguida por 1.800.000 personas por televisión. En total se han beatificado a 1.523 mártires que murieron en la persecución religiosa de España en la década de los años 30. Once de esos mártires ya han sido canonizados.
A la celebración asistieron 105 obispos, de entre ellos 8 cardenales, 1.400 sacerdotes; 2800 religiosos; 4.000 familiares de las víctimas, además de unas 25.000 personas y 350 periodistas.