Carmen Cubelle, de 76 años, asistió el 13 de octubre a la beatificación de su tía Sor Josefa Martínez, una de los 522 mártires de Tarragona, quien pidió ser martirizada en lugar de la madre de Carmen, porque se encontraba embarazada precisamente de ella.
Carmen asegura que sabe muy poco de la Guerra Civil, "porque en mi casa mi madre nunca nos ha hablado mucho de ese tiempo", y es que en su familia mataron a su padre por ser de Adoración Nocturna, y un mes después arrestaron a su madre y a su tía, Sor Josefa Martínez, Sierva de María, que se había refugiado en su casa tras ser expulsada del Hospital General de Valencia por "depuración religiosa".
En declaraciones a ACI Prensa, Carmen dijo que durante el tiempo en el que su madre, Natalia, y Sor Josefina estuvieron encarceladas, la religiosa rezaba en voz alta pidiendo al carcelero que dejaran libre a su hermana, embarazada de seis meses y que, a cambio la mataran a ella.
"Señor si este carcelero es padre de familia y tiene esposa, muévele a compasión y que deje libre a mi hermana. ¡Que salve la vida de su hijo, que salve la vida de mi hermana y me maten a mí. Yo quiero morir mártir por ella, por la fe, defendiendo la vida de mi hermana y mi sobrino", decía la hoy Beata, recordó Carmen.
"Finalmente los carceleros accedieron al cambio, y antes de enviar a Sor Josefa a ser fusilada, mi madre y mi tía se despidieron diciendo que se verían en la Eternidad".
"¡Nos veremos en el Cielo!", dijeron", señaló Carmen, quien pudo nacer gracias a la generosidad de su tía.
Carmen señaló que ha vivido la beatificación de su tía de una manera muy especial, a pesar de los nervios.
"Es una grandísima emoción, es algo muy grande tener a una beata en la familia", asegura, indicando que no guarda rencor porque "mi madre perdonó, y a ella le mataron al marido y a su hermana y también la encarcelaron".
"De hecho, preguntaron a mi madre si quería denunciar al que había matado a mi madre y ella dijo que no quería saber absolutamente nada de eso porque había perdonado", recordó.
"Si eso no es perdonar que venga Dios y lo vea", dijo.
Carmen indicó además que tiene mucha devoción a su tía, "le rezo todos los días, pero es que en Alberique -el pueblo en el que nació Sor Josefina- hay muchísima gente que le tiene devoción. Se han repartido muchas estampas, por eso se puede hacer novena o rezar de manera individual".
Natalia, la madre de Carmen, fue a reconocer el cuerpo de su padre y de su tía que habían sido fusilados y al reconocerlos, encontró que Sor Josefina llevaba escondido un crucifijo.
"Hemos guardado esa cruz en mi familia desde entonces, pero ahora en la parroquia de Alberique me la han pedido para que se pueda venerar en un relicario", dijo Carmen.