El doctor en Historia y licenciado en Periodismo Santiago Mata presenta en su último libro 'Holocausto Católico. Los mártires de la Guerra Civil' (La Esfera de los Libros) la historia de los 1.523 mártires del siglo XX en España reconocidos por la Iglesia, 522 de los cuales serán beatificados el próximo domingo en Tarragona, en una ceremonia presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato.
Mata ha explicado que los mártires, además de ayudar a entender la revolución española, ofrecen una respuesta para el "rencor" o incluso el "odio" que, a su juicio, subyace en la sociedad española. Esta tercera vía, diferente de la justicia y el olvido, es "el perdón", no solo entendido como el acto de perdonar sino también de pedir perdón.
Precisamente, en la obra recoge la historia de todos esos mártires que respondieron con el perdón y que, para Mata, son "mártires de la revolución", concretamente, según indica en el subtítulo del libro, "mártires de la Guerra Civil". De hecho, ha indicado que "la persecución religiosa es un elemento constitutivo y sustancial de la revolución española".
"Discrepo de la versión oficial de los obispos españoles, que para evitar suspicacias, siempre hablan de los mártires del siglo XX. Como historiador no puedo admitir eso. Como historiador utilizo la expresión 'mártires de la Guerra Civil' por un motivo principal, que son mártires de la revolución, no fueron asesinados por el siglo XX, los siglos no matan a nadie", ha precisado.
Según ha apuntado, no está de acuerdo con que los obispos utilicen la expresión de 'mártires del siglo XX' porque se inscriban en la persecución religiosa en Europa y porque en otros países, como Rusia, fueran asesinados más sacerdotes. En este sentido, ha puntualizado que la revolución rusa "no iba contra la Iglesia de esa manera" y que no solo fueron asesinados más curas sino también más campesinos y más personas en general.
Además, Mata ha precisado que estos mártires españoles fueron asesinados sobre todo por el bando republicano, pero ha aclarado que también hubo 26 curas de los que 14 eran vascos, que murieron a manos del bando nacional, y entre los cuales, a su juicio, alguno sí podría ser beatificado.
En cualquier caso, ha añadido que los mártires no son de ningún bando, ni tampoco son exclusivamente de la Iglesia, ni del Estado, sino "patrimonio de la humanidad". Y, a su parecer, la Iglesia en España se queda "coja" si no recuerda a estos mártires.
En la portada de la obra, uno de esos 1523 mártires, el sacerdote de 25 años Martín Martínez Pascual, aparece en una fotografía tomada el 18 de agosto de 1936, instantes antes de ser fusilado en su pueblo, Valdealgorfa (Teruel).
Según cuenta Mata en el libro, Martínez, tras permanecer escondido en un finca, se enteró de que su padre había sido detenido por los milicianos que intentaban descubrir el paradero de su hijo. Entonces, en vez de huir, se presentó en el pueblo para salvar a su padre y diciendo que era sacerdote, sabiendo que le iban a matar.
Como la de este sacerdote, Mata también recoge historias como la de la religiosa de 71 años Martina Vázquez Gordo, superiora del hospital y escuelas de Segorbe (Castellón) que fue ejecutada el 4 de octubre de 1936 en Valencia. Ella, según se descubre en el libro, antes de morir les dijo a sus asesinos: "Si os he ofendido os pido perdón y si me matáis yo os perdono".