El hasta ahora Nuncio Apostólico de Venezuela y, a partir del 15 de octubre, nuevo Secretario de Estado del Vaticano, Monseñor Pietro Parolin, ha asegurado que espera contagiarse durante el desempeño de su cargo de "la alegría" y el "espíritu de sencillez" del Papa Francisco.
"Me corresponderá ayudar al Papa. Me impresiona que él lleve su carga con mucha alegría y yo espero que me contagie esa alegría, ese espíritu de sencillez. Sobre todo espero contagiarme, porque realmente lo admiro, de su espiritualidad, de la relación que tiene con Dios", afirma en una entrevista concedida a la revista Mundo Cristiano.
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Además, señala que, tras estar "tan inmerso" en la realidad de Venezuela, ahora tendrá que empaparse de todos los asuntos, ponerse "al día" sobre aquello que quiere hacer el Papa como reformar la Curia.
"El Papa, como ya se sabe, quiere reformar la Curia, los organismos vaticanos. Ya ha dado el mandato al grupo de los ocho cardenales, que son expertos en diferentes materias. Pretende reformar la estructura del gobierno de la Iglesia, a través del trabajo de esta comisión. Yo me pongo ante Dios. El Señor habla a través de la historia. Él dirá lo que tenemos que hacer", añade.
Monseñor Parolin asegura que cuando el Papa le pidió que fuese su Secretario de Estado, fue "una gran sorpresa" pues aunque se barajaba su nombre para algún cargo en la Secretaría de Estado, no pensaba "nunca" que fuera "un nombramiento de este nivel", de "mucha responsabilidad".
Preguntado por la labor del Papa en favor de la paz en Siria, Parolin destaca que el Papa Francisco ha dado "un empuje muy fuerte" a la paz, poniendo "todos los medios de la Iglesia a favor de la paz" y "empujando a la diplomacia vaticana a dar todo por la paz".
"Esta es la justificación del hecho de que la Iglesia católica tenga presencia de este tipo a nivel internacional", subraya.
Finalmente, destaca que la Iglesia "siempre" ha caminado en la misma dirección aunque admite que ahora ve "algo fresco, espontaneidad". En esta línea, recuerda que la Iglesia existe "en función del mundo" y debe servirlo "con su propia identidad".