El Arzobispo de Denver, Mons. Samuel Aquila, ofreció oraciones y asistencia a los damnificados por la serias inundaciones que azotaron Colorado esta semana.
"Mis oraciones están con las almas de aquellas víctimas, por sus familias y todos los que pudiesen verse afectados por la inundación. Llamo a todos los que tengan la buena voluntad de hacerlo, a unirnos en oración", declaró.
Mons. Aquila dijo seguir "con gran preocupación" los hechos de la inundación, y manifestó su especial consternación por las tres víctimas fallecidas.
"A través de las parroquias locales de las áreas afectadas, la institución Catholic Charities se encuentra lista para asistir a los damnificados", agregó.
Miles de residentes del estado han sido evacuados de sus hogares por el colapso de edificios y el cierre de calles que ha causado la inundación. La ciudad de Lyons está aislada y se necesitó ayuda de la guardia nacional para la evacuación de la zona.
La Universidad Estatal de Colorado en Ft. Collins y la Universidad de Colorado en Boulder han cancelado sus clases ya que las inundaciones han hecho que gran parte de sus campus –con una separación de alrededor de 80 kilómetros– queden inhabilitados.
En las ciudades de Aurora, Thornton y Boulder, el diluvio han aumentado el peligro y causado serios atrasos en el tráfico.
Las inundaciones han causado daños en áreas recientemente azotadas por incendios forestales, donde la vegetación no pudo contener la caída de la lluvia.
El Gobernador John Hickenlooper firmó una declaración de desastre el 12 de septiembre. El presidente Barack Obama aprobó el financiamiento federal del desastre, lo que permitirá a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias coordinar obras de caridad para financiar la ayuda requerida en los condados de Boulder, Larimer y El Paso.