Al cumplirse un mes de la Misa final de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Río de Janeiro (Brasil), el Papa Francisco desafió a los jóvenes a hacer ruido e ir a contracorriente, con los valores de la belleza, la bondad y la verdad para alcanzar grandes ideales.
Así lo indicó ayer, al recibir en la Basílica de San Pedro a un grupo de 500 peregrinos de la diócesis de Piacenza-Bobbio, al norte de Italia, quienes llegaron a Roma con motivo del Año de la Fe.
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"Por favor, vayan contracorriente. Sean valerosos, valerosas: caminen a contracorriente. Si nos dicen 'No hombre, toma esto, toma un poco de alcohol, un poco de droga…'. ¡No! Vayan a contracorriente de esta civilización que nos está haciendo tanto mal. ¿Entendieron? Vayan a contracorriente: esto significa hacer ruido. Caminen hacia delante, pero siempre con los valores de la belleza, la bondad y la verdad".
"Desafíen sus más grandes ideales, los ideales de hacer un mundo de bondad, belleza y verdad. Ustedes pueden hacerlo. Tienen el poder de hacerlo. Si no lo hacen ustedes es por holgazanería: ¡Ánimo! Vayan hacia adelante y hagan ruido ¿eh? Donde hay jóvenes debe haber ruido. Después se equilibran las cosas, pero la ilusión de un joven es hacer ruido siempre", exhortó el Santo Padre.
El Papa Francisco también les animó a convertirse en constructores del futuro: "Cuando a mí me dicen: Pero, Padre, qué feos tiempos éstos… ¡Mira, no se puede hacer nada! ¿Cómo no se puede hacer nada? ¡Se puede hacer mucho! Pero cuando un joven me dice: ¡Qué feos tiempos, éstos, Padre, no se pude hacer nada!, lo mando al psiquiatra, ¡eh! Porque… es verdad, ¡eh! ¡No se entiende! No se entiende a un joven, a un muchacho, a una muchacha que no quieran hacer una cosa grande, apostar por ideales grandes, grandes para el futuro, ¿no? Después harán lo que puedan, ¿no? Pero la apuesta es por las cosas grandes y bellas".
"Su Obispo dijo que yo hice un gran gesto, al venir aquí. Pero... lo hice por egoísmo, ¿saben por qué? Porque me gusta estar con ustedes ¡eh! ¡Y eso es egoísmo!".
El Pontífice explicó que le gusta estar con los jóvenes "tienen en su corazón una promesa de esperanza". "Ustedes –continuó–, son portadores de esperanza. Ustedes, y es verdad, viven en el presente, pero ustedes están mirando hacia el futuro, ustedes son artífices del futuro, constructores del futuro".
Además les animó "a ser artífices del futuro", y les recordó que albergan en su interior el tesoro de anhelar grandes cosas.
En primer lugar, dijo, el deseo de la belleza: la música, el teatro, la pintura. "En segundo lugar el ser profetas de bondad, amar la bondad y ser buenos. Y en tercero, tener sed de verdad: buscar la verdad, la más grande –Dios-, algo que no se pueda poseer, sino encontrar".
Por último, el Papa impartió su bendición apostólica, e invitó a rezar a la Virgen, que es la Madre de la belleza, la Madre de la bondad y la Madre de la Verdad, "para pedirle la gracia del coraje: porque la Virgen era valerosa. ¡Tenía coraje, esta mujer!", concluyó.