El Arzobispo de Managua (Nicaragua), Monseñor Leopoldo Brenes, ha instado al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y a su homóloga costarricense, Laura Chinchilla, a dialogar para resolver la disputa territorial que mantienen y ha ofrecido la mediación de la Iglesia de ser necesario.
Monseñor Brenes, que ha adelantado que viajará la próxima semana a Costa Rica para asistir a la toma de posesión del nuevo Arzobispo de San José, Mons. Rafael Quiroz, ha defendido que "no es a través de declaraciones desde lejos que se solucionan los problemas, sino que los problemas se solucionan hablando".
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"Mi llamado (al diálogo), que es el llamado de los obispos de Costa Rica, porque ya nos hemos reunido, es que las autoridades dialoguen, porque vemos que la problemática (o roces diplomáticos) no se da entre los obispos, ni se da entre los pueblos", ha añadido, en declaraciones recogidas por la prensa nicaragüense.
En este sentido, ha puesto como ejemplo la historia del presidente de un país que tenía tensiones con otro mandatario y que estaban a punto de entrar en guerra y que le dijo al otro: "Vamos a evitar problemas, reunámonos en la frontera y si hay que tirarnos tiros, hagámoslo entre nosotros, pero no ensangrentemos a nuestros pueblos".
"Yo diría a la presidenta Chinchilla y a nuestro presidente, que se comuniquen, y si la Iglesia en un momento dado con sus oraciones puede ayudar a esto (al diálogo) estamos dispuestos y lo acrecentaríamos más, para que este diálogo se dé y se eviten estos dime que te diré que se están dando en este momento", ha añadido Mons. Brenes.
El Arzobispo ha incidido en que el apoyo eclesiástico a conflictos en la región no es nuevo y ha recordado que en los años 1980 la Iglesia estuvo presente para los Acuerdos de Paz de Sapoá, que pusieron fin a la guerra entre la "Contra" y el sandinismo en Nicaragua.
Monseñor Brenes ha dicho que aprovechará su viaje a la toma de posesión del Arzobispo de San José el próximo jueves para plantearle mediar en el conflicto entre ambos países. "Está la toma de posesión de Monseñor Rafael Quiroz, que ha sido compañero mío de estudios, y no hay duda de que ahí oraremos por la paz de nuestros países centroamericanos", ha afirmado.
Advertencia de Chinchilla
La presidenta de Costa Rica advirtió este jueves a Ortega de que su Gobierno "no caerá en provocaciones, pero tampoco permanecerá pasivo" ante la intención de Managua de reclamar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la provincia costarricense de Guanacaste.
Chinchilla ha participado en la llamada Marcha por la Patria, que se ha celebrado en el Partido de Nicoya para defender la soberanía costarricense de Guanacaste, a pesar de las críticas del Gobierno de Ortega por ello. Durante el acto, ha defendido, "para que no le quede duda a nadie, que Guanacaste es, ha sido y siempre será costarricense".
La mandataria costarricense ha advertido a Ortega de que no permitirá "que su irresponsabilidad separe a nuestros pueblos". "No caeremos en sus provocaciones, pero tampoco seremos pasivos ante ellas. Nuestro Gobierno jamás renunciará a sus deberes con la patria", ha subrayado.
Amenaza de Ortega
Ortega reavivó la disputa territorial el pasado 13 de agosto, cuando, en un discurso pronunciado durante un acto militar, reveló que estaba considerando reclamar Guanacaste, "dadas las circunstancias y que es un tema que no ha sido debatido en la CIJ".
El líder explicó que a lo largo de estos años ha intentado dialogar con Costa Rica, pero sin éxito. "Así que, mientras no contemplen esa posibilidad, no queda más camino que seguir hacia la CIJ", argumentó.
Además, aseguró que hay "fundamentos históricos" para reivindicar la soberanía nicaragüense sobre Guanacaste, ya que esta provincia fue cedida a Costa Rica "cuando el país estaba enfrentando el expansionismo 'yanqui'".
El Conflicto
La disputa territorial se remonta a la época de la independencia centroamericana de España. Durante el proceso, se crearon la provincia de Guatemala y la de Nicaragua y Costa Rica, que finalmente se dividió en dos, quedando Guanacaste bajo jurisdicción nicaragüense.
Costa Rica invitó a la anexión a los municipios fronterizos, entre ellos Guanacaste. Cada uno celebró una votación para decidir y en Guanacaste se rechazó, pero como sus autoridades estaban a favor se dejó a la decisión de la entidad territorial superior, Nicoya, que aceptó.
Para resolver las tensiones limítrofes, en 1858 Costa Rica y Nicaragua firmaron y aprobaron en sus parlamentos el Tratado de Cañas-Jerez, por el que Managua reconoce la anexión de Guanacaste a San José.
Sin embargo, apenas una década después, Nicaragua comenzó a plantear objeciones a la validez del acuerdo bilateral, que intentaron resolverse con instrumentos auxiliares, aunque sin éxito, por lo que ambos países decidieron dejarlo a la elección de Estados Unidos, que lo ratificó.