El Arzobispo de Santa Cruz (Bolivia), Mons. Sergio Gualberti, expresó su profundo dolor y su cercanía espiritual tras un motín este viernes en la cárcel de Palmasola, la más importante del país, en el que fallecieron al menos 30 personas y otras 60 resultaron heridas.
El comandante de la policía, general Alberto Aracena, explicó que reos del pabellón B de la cárcel de alta seguridad hicieron explotar dos balones de gas, provocando un incendio en el pabellón A en la madrugada."Hubo una pugna de poder, varios reos murieron calcinados", indicó.
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En un comunicado, el Arzobispo Gualberti dijo que "ante los desgarradores hechos ocurridos en el centro de Rehabilitación Santa Cruz Palmasola (...) queremos expresar en primer lugar nuestro dolor por la muerte de tantos hermanos", entre los que habría también un menor de edad.
"Manifestamos también nuestra solidaridad cristiana con los familiares de los fallecidos que deben estar pasando momentos de zozobra y desconsuelo", añadió.
El Arzobispo indicó que "esta situación pone en evidencia, una vez más, el hacinamiento que existe al interno de Palmasola y de gran parte de las cárceles del país, por el incumplimiento del deber de parte de jueces y la retardación de justicia que provoca mayor hacinamiento".
"Es precisamente en estos ambientes de Chochocorito, donde tenemos que lamentar estos episodios de violencia, porque allí no existen terapias ocupacionales ni políticas de rehabilitación y reinserción. Están prácticamente olvidados".
El Prelado aseguró que "es necesario hacer una alianza urgente, para encontrar respuestas a la situación de la cárcel de Palmasola, hecho que requiere una intervención interinstitucional. La Pastoral Penitenciaria de la Iglesia Católica está dispuesta a hacer su aporte en el marco de los derechos humanos y valores humanos y cristianos".
Para concluir, Mons. Gualberti recordó que "nuestra preocupación es siempre en defensa de la vida de todo ser humano, el don más preciado de Dio y por el cual todos estamos llamados a trabajar".