El Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Monseñor Mario Aurelio Poli, agradeció a los catequistas "la generosa entrega al ministerio que les confió la Iglesia, el cual ejercen con perseverancia y fidelidad" y aseguró que "el don confiado está en buenas manos", al destacar que con "su dedicación y sacrificio dan vida a la tarea evangelizadora".
El Prelado sostuvo que esto es así porque "en la enseñanza paciente y laboriosa de la catequesis, ustedes dan profundidad y continuidad a la obra misionera".
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"Los catequistas de parroquias, santuarios, escuelas, movimientos o donde lo permitan las circunstancias, transmiten los valores del Evangelio y disponen a los catecúmenos para recibir los sacramentos de la fe", subrayó en un mensaje por el Día del Catequista que se celebra este 21 de agosto en Argentina cuando la Iglesia recuerda al Papa San Pío X.
"No pocas veces, a pesar de las limitaciones o incomodidades para dar catequesis −al lado de las camas de los enfermos, en las cárceles, en la calle o donde los quieran escuchar, aceptando los desafíos−, no dejan de fijar siempre en la memoria, la inteligencia y el corazón las verdades esenciales que deberán impregnar la vida entera", insistió.
El Prelado señaló que los catequistas "con su estilo cercano y artesanal −persona a persona−, dan frutos abundantes en el campo de la misión de la Iglesia. Ella les confía a sus hijos, nacidos en las aguas del Bautismo, para que las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad maduren en un encuentro personal con Jesús, y así puedan convertirse de bautizados en discípulos de su Evangelio".
Por ello los animó a "despertar el compromiso misionero en cada niño, en cada joven: que esa sea una tarea prioritaria en el itinerario de una catequesis permanente".
"El Papa Francisco nos ha dicho que la Iglesia es una Madre que nos enseña a hablar el lenguaje de la fe y ese arte se lo ha encargado a las familias y a ustedes, los catequistas", recordó.
Por último, Monseñor Poli pidió "al Espíritu Santo, quien les irá recordando todo lo que van a transmitir, que no les falte el amor a cada uno de ustedes, para que puedan vivir con alegría su misión en la Iglesia, sobre todo, como testigos de Jesús resucitado. Los abrazo y los bendigo de corazón".