El Obispo de Bilbao (España), Mons. Mario Iceta, ha defendido "una caridad viva, operante y creativa" y ha instado a "devolver la esperanza a quienes viven en las antiguas y nuevas pobrezas". Asimismo, ha apelado a "llamar al corazón" de los jóvenes.
En su homilía durante la Misa Mayor celebrada este jueves en la Basílica de Begoña, donde cada 15 de agosto se celebra una romería y una ofrenda con motivo de la Asunción de María, el obispo ha recordado en especial a las personas mayores y a los enfermos que no han podido asistir a esta conmemoración. En especial, ha citado al alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que tradicionalmente participa en esta ofrenda y que se encuentra convaleciente.
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"Cuánto le hubiera gustado estar aquí con nosotros", ha señalado Iceta, que le ha deseado "una pronta recuperación" para que pueda incorporarse a la "importante tarea al servicio del bien común". "Cuenta con nosotros, te esperamos", ha añadido.
En su homilía, ha pedido también por los vizcaínos que "sufren o no encuentran trabajo" y ha recordado a sus feligreses que la importancia de "una caridad viva, operante y creativa, que sale al encuentro de las necesidades de nuestros hermanos".
"Él nos envía a ser luz en las oscuridades del mundo, a devolver la esperanza a quien la ha perdido, a quienes se sienten fuertemente probados por la vida, a quienes viven en las antiguas y nuevas pobrezas", ha asegurado.
Iceta ha resaltado que la romería que realizan los vizcaínos en esta fecha es "expresión de la profunda fe de nuestro pueblo" en un año en el que la Iglesia celebra "el año de la fe" para "reanimar, purificar, confirmar y confesar la fe", que ha calificado como "una experiencia de amor". "Consiste en aceptar a Dios, que es amor y que tiene un plan de amor y salvación sobre cada uno de nosotros", ha añadido.
Al servicio de pobres y necesitados
El Año de la fe, ha señalado se invita a "reanimar nuestra fe por medio de la meditación de la Palabra de Dios, la oración, la participación en la Eucaristía, la comunión en la Iglesia, el servicio de los pobres y necesitados".
"El Señor nos invita a vivir de un modo nuevo, al estilo de María, poniendo nuestra confianza en la fuerza transformadora de la fe y del amor, capaz de sacar al hombre contemporáneo de su desierto interior e implicarlo en la construcción de un mundo justo y fraterno, donde nadie se sienta excluido, una sociedad acogedora y esperanzada, libre y en paz, a la medida del corazón humano que es imagen del corazón de Dios", ha indicado.
Asimismo, ha advertido de que "el encuentro con Jesucristo suscita en nosotros la necesidad de la conversión radical, de iniciar una novedad de vida desde una perspectiva diferente".
"Tenemos necesidad de volver a Dios, de llamar al corazón de tantos jóvenes que quizás no lo conocen o desconfían de Él, pero que, en lo secreto de su corazón, sin ellos darse cuenta, es lo que más desean y necesitan para edificar una vida plena, llena de ilusión".