El Obispo de Bérgamo, Mons. Francesco Beschi, consideró que Dios le concedió al Papa Pablo VI el deseo que expresó de morir encontrándose en la luz, pues falleció en la Fiesta de la Transfiguración.
El Obispo destacó este detalle de la vida del Siervo de Dios, al celebrar el 6 de agosto por la tarde ante el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro una Misa en su honor acon motivo del 35 aniversario de su muerte.
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El Prelado basó su homilía en las palabras escritas por Pablo VI en su "Meditación ante la muerte", publicada en L'Osservatore Romano (LOR) el 12 de Agosto de 1979 y que, según Don Pascual Macchi, secretario personal de Pablo VI, habrían sido escritas en Castelgandolfo después de redactar su testamento tras un retiro espiritual.
"Ciertamente, me gustaría, al acabar, encontrarme en la luz… En cuanto a mí, querría tener finalmente una noción compendiosa y sabia del mundo y de la vida: pienso que esta noción debería expresarse en reconocimiento: todo era don, todo era gracia", escribía Pablo VI.
Según informó LOR el 7 de agosto, Mons. Beschi indicó en su homilía que esta consciencia de la luz no es solo una mirada, sino un modo de ser iluminado por la luz de la gratitud, porque Pablo VI "deseaba estar en la luz justo en el momento en que todo se hiciera oscuridad y viniera la noche".
El Prelado consideró que este deseo de morir en la luz se cumplió en el día de su muerte, fiesta de la Transfiguración del Señor, que evoca la escena en que Jesús, en la cima del monte Tabor, se apareció vestido de gloria, hablando con Moisés y Elías ante sus tres discípulos preferidos, Pedro, Juan y Santiago.
El Obispo de Bérgamo recordó también que Pablo VI fue el primer pontífice en peregrinar a Tierra Santa, el primero en hablar a las Naciones Unidas, el primero en dejar el Vaticano para visitar a los países más pobres, y renunció a la tiara para dar la recaudación de la venta a los pobres del mundo.
El Prelado llegó acompañado por un grupo de peregrinos de la Diócesis italiana de Brescia, al Norte de Italia, de donde era natural el Papa Montini. Quienes llegaron desde Poggio Bustone, provincial de Rieti, después de haber caminado a pie durante toda una semana siguiendo el Camino de San Francisco de Asís, conocido en italiano como la "Via Francigena".
Además, también en la tarde, los peregrinos fueron recibidos por el Papa Francisco en la plaza situada frente a su residencia vaticana, la Casa Santa Marta.