El Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. José María Arancedo, envió su pésame a nombre de todos los Obispos por la trágica consecuencia de la explosión ocurrida ayer en la ciudad de Rosario, y que cobró la vida de diez personas, 63 heridos y 13 desaparecidos.
En un texto enviado al Arzobispo de Rosario, Mons. José Luis Mollaghan, el también Arzobispo de Santa Fe expresó la cercanía y consuelo de los obispos del país a los damnificados y convocaron a solidarizarse y unirse en oración "por los hermanos sufrientes".
En la misiva, los Prelados se unen en "oración por las víctimas y sus familiares en este momento de tanto dolor" y señalaron que "es nuestro deseo y compromiso animar a toda la Iglesia que peregrina en la Argentina para que se solidarice y se una en la oración por estos hermanos sufrientes".