"Señor Jesús, te pedimos que al abrir las puertas de nuestro templo se abran también para tu pueblo", expresó el Arzobispo de Santiago (Chile), Mons. Ricardo Ezzati, al golpear con su báculo el portón de entrada de la Catedral metropolitana para iniciar la Misa de desagravio luego de que el templo fuera atacado por turbas abortistas el jueves 25 de julio.
Según informó este miércoles el sitio Iglesiadesantiago.cl, los más de cinco mil fieles que repletaron la iglesia y que esperaban en la Plaza de Armas, cantaban letanías para recibir la procesión del Nuncio Apostólico, Mons. Ivo Scapolo; los obispos, vicarios, sacerdotes y diáconos que ingresaron por el pasillo central hasta el altar mayor.
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También asistieron autoridades civiles, como la Ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez; y el Intendente de Santiago, Juan Antonio Peribonio; así como militares, organizaciones sociales, comunidades, movimientos y colegios, que acompañaron la reapertura de las puertas de la Catedral.
En su homilía, el Arzobispo agradeció a todos los que manifestaron su solidaridad con la Iglesia de Santiago. "Gracias y esperanzas, porque el martirio ha sido siempre fruto de nuevos cristianos", afirmó.
"Esta es nuestra fe en la victoria pascual de Cristo Jesús, la fe de quien sabe que quien conduce a la Iglesia es el Señor. Con el Papa Francisco levantemos también nosotros el corazón, no tengamos miedo, salgamos a todas las periferias geográficas y humanas del gran Santiago, para todos seamos un signo de la cercanía de Dios, que es un Dios que quiere a nuestra Iglesia de Santiago", expresó Mons. Ezzati.
Tras la homilía y como un signo de vida, dos mujeres embarazadas vistieron el altar poniéndole el mantel, las flores y los cirios. Posteriormente sacerdotes, seminaristas, jóvenes, adultos y militares, se dirigieron a custodiar los altares profanados provistos de la luz de Cristo.
Al finalizar el Obispo Castrense, Mons. Juan Barros, realizó una oración especial frente al altar de los Héroes de la Concepción –que también fue dañado por los abortistas–, acompañado por todos los obispos y vicarios, momento en que el Ejército de Chile depositó una ofrenda floral.
Imágenes del ataque contra la Catedral de Santiago: