El Arzobispo de Río de Janeiro (Brasil), Mons. Orani Tempesta, afirmó que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) tuvo un impacto positivo en el país, pero no solo en cuanto a números e ingresos económicos, sino porque "Copacabana nunca vio tanta gente en paz, alegre y comprometida con la construcción de un mundo mejor", en alusión a los 3,7 millones de jóvenes que llenaron la playa durante la Misa de clausura.
"Es Dios quien realiza las cosas. Tuvimos cambios desde el anuncio de la realización del evento en Rio de Janeiro. Hasta el Papa cambió, pero conseguimos realizar una bella Jornada y servir a todos los jóvenes", afirmó el martes 30 durante una rueda de prensa en la que agradeció a los voluntarios, las familias de acogida y todos los involucrados en la JMJ.
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"Fue un evento sin violencia, sin depredaciones. Y esas señales positivas que vimos en la juventud deben perdurar. Queremos que esos jóvenes, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, sigan siendo protagonistas de un mundo nuevo", apuntó.
Con respecto a la afluencia de peregrinos, el Prelado informó que estos fueron aumentando conforme se acercaba la Misa de clausura. Así, el primer día de la JMJ, los eventos en Copacabana, la Quinta da Boa Vista, Río Centro y otros, reunieron a 600.000 personas; sin embargo, ya en la Vigilia del sábado 27 se contaba con 3,5 millones de peregrinos, número que creció a 3,7 millones para la Eucaristía final presidida por el Papa Francisco.
En ese sentido, Mons. Tempesta informó que según cifras del Ministerio de Turismo, los visitantes gastaron 1.8 billones de reales.
Asimismo, indicó que hubo 427 mil inscripciones de 175 países, la mayoría proveniente de Brasil, seguido de Argentina, Estados Unidos, Chile, Italia, Venezuela, Francia, Paraguay, Perú y México. El 55 por ciento de los inscriptos fueron mujeres y el 45 por ciento restante hombres. El 60 por ciento del público participante tenía entre 19 y 34 años.
Sobre la cobertura, se contó con 6.500 periodistas procedentes de 57 países. Hubo 264 locales de catequesis donde se hablaba en 25 idiomas y 100 confesionarios colocados en diferentes puntos.
Asimismo, las cifras revelaron que se fabricaron cuatro millones de hostias, 800 mil de la cuales fueron consagradas en la Misa de Envío. Además hubo 644 obispos inscriptos y 7.814 sacerdotes registrados.
Durante la rueda de prensa, Mons. Tempesta relató que cada vez que Francisco pasaba en helicóptero por el Corcovado, rezaba y observaba con admiración la imagen del Cristo Redentor.
Asimismo, destacó el episodio de Nathan de Brito, el niño de 9 años que hizo llorar al Pontífice al decirle "Papa, te deseo el bien". Este acto emocionó a Francisco "y demostró el cariño de todo el pueblo brasileño", afirmó Mons. Tempesta.