El Obispo de Apucarana (estado sureño de Paraná en Brasil), Mons. Celso Antonio Marchiori, alentó a los jóvenes a anunciar a Cristo también Internet, ya que ese es un espacio que les es naturalmente familiar.
En la catequesis que dio esta mañana ante unos dos mil jóvenes en la Iglesia Nuestra Señora de Copacabana en Río de Janeiro, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, el Obispo brasileño recordó que la evangelización nace del encuentro personal con Cristo.
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"Necesitamos jóvenes que evangelicen a otros jóvenes. Que se encuentren personalmente con Cristo para anunciarlo a los demás. Como dice el Papa Francisco, tenemos que salir de nosotros mismos para poder cumplir esta tarea", exhortó.
El Prelado indicó luego que en el caso de los jóvenes hay dos campos principales que deben ser evangelizados: el de Internet y el de la movilidad, el de los inmigrantes.
En el primer campo, dijo Mons. Marchiori, es importante lleva el mensaje del Señor "en twitter, facebook orkut, los blogs, los sitios webs, en general en toda la Internet".
"Ustedes que están en sintonía natural con estos nuevos medios de comunicación tienen que evangelizar este nuevo 'continente digital', pero tengan siempre cuidado de no reemplazar el contacto directo con las personas".
"A veces -alertó- nos pasa que estamos todos comiendo y nadie habla porque estamos mandando un mensaje o mirando algo en los teléfonos. Es importante cumplir esta tarea de manera equilibrada y sin renunciar al contacto personal con los otros".
El otro ambiente que deben evangelizar los jóvenes, a juicio del Obispo brasileño, es de la movilidad humana, de las migraciones, que cada vez es más grande en medio de un mundo cada vez más globalizado.
"El segundo campo es la movilidad. Con los jóvenes y las personas que tienen que salir de sus lugares de origen, es necesario salir a su encuentro. Solemos tener ocasiones providenciales para hacerlo. No las desaprovechemos", exhortó
Para concluir, el Prelado dijo a los muchachos de Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, entre otros, que "no tengan miedo de testimoniar su fe también en estos contextos, porque es un don precioso el de la comunicación de la alegría del encuentro con Cristo".