Fiel a su estilo informal y cercano, el Papa Francisco sorprendió nuevamente a todos cuando aceptó con agrado el mate que le ofreció un peregrino cuando iba en el Papamovil camino a la Fiesta de la Acogida en el paseo marítimo de Copacabana.
El mate –bebida tradicional de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil-, fue acercada por una persona mientras la multitud de jóvenes aclamaba el paso del Pontífice. Francisco, siempre con un gesto de cercanía, aceptó gustoso el recipiente y comenzó a beberlo.
Durante todo el camino, el Santo Padre recibió con agrado a los bebes que le eran llevados y procedía a besarlos y bendecirlos. Todas estas actitudes, comunes en él, eran vitoreadas por la gente que lo seguía.