El Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Antonio María Rouco Varela, ha recordado con "emoción" la evangelización de América y dice que el terreno "va a ser de nuevo sembrado con el evangelio joven" y que "dará sus frutos" con esta Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y la visita del Papa Francisco a Brasil.
En una entrevista a la Cadena Cope recogida por Europa Press, el Cardenal Rouco ha insistido en que "las huellas de los primeros testigos del evangelio están muy vivas". "Las huellas son impresionantes desde el punto de vista de lo que queda de patrimonio histórico y artístico, pero lo más importante es la fe y la profunda piedad cristiana que envuelve la vida de todos ellos".
El Cardenal, que se encuentra estos días en Sao Paulo junto con cerca de 1.000 jóvenes madrileños, se ha mostrado "emocionado" de que la gente pare a los obispos por la calle para pedirles bendición. "Hay un terreno que va a ser de nuevo sembrado del evangelio joven y que va a dar frutos, también en ese orden de las realidades materiales como son la superación del paro o abrir caminos de desarrollo humano en esta América que es tan nuestra", ha apostillado.
En este sentido, el Arzobispo de Madrid ha afirmado que "han sido muchas las generaciones de jóvenes que durante los dos últimos siglos han sido 'encantadas' con propuestas utópicas, no verdaderas, que no respondían a sus ansias de bien, verdad, esperanza y amor del hombre". Por ello, sentencia que "han precipitado a estas generaciones en terribles conflictos".
En cualquier caso, ha asegurado que "las últimas JMJ han puesto de manifiesto que hay juventud católica, que cree en Cristo, en todos los rincones de la tierra" y concluye que "ese es un valor de presente y de futuro de incalculables consecuencias". Así, ha aseverado que la JMJ de Santiago de Compostela puso una impronta a las jornadas que dura hasta hoy mismo.
Finalmente, el Cardenal Rouco ha apuntado que las Jornadas Mundiales de la Juventud "tienen que ser un momento en la existencia en la vida de los jóvenes de la Iglesia en la que se peregrina hacia Cristo", de esta forma, "cada JMJ se convierte en un escalón en esa peregrinación". "De esta experiencia salen grupos llenos de alegría, con disponibilidad para el servicio y lo demuestran en todo lo que hacen después en sus respectivos países", ha concluido.