A pocos días del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río 2013 en Brasil, el Presidente de Consejo para los Laicos, Cardenal Stanislaw Rylko, repitió las palabras del Beato Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica Christifideles Laicis para resaltar la importancia de este evento: "la Iglesia tiene muchas cosas que decir a los jóvenes y los jóvenes tienen tantas cosas que decir a la Iglesia".
La JMJ Río 2013 que se realizará en la ciudad de Rio de Janeiro del 23 al 28 de julio próximo, reunirá en torno al Papa Francisco en su primer viaje apostólico fuera de Italia, a más de dos millones de jóvenes del mundo que se darán cita en la ciudad carioca para testimoniar su fe.
El Cardenal Rylko, en declaraciones a Radio Vaticana, señaló que muchos se asombran al ver la capacidad de la Iglesia de atraer de manera "fuerte" y "poderosa" a los jóvenes de todos los rincones del globo y motivarlos para responder al Santo Padre.
"Lo que los jóvenes buscan en una JMJ es a Cristo mismo. En medio de un mundo tan confuso, donde muchas certezas se derrumban, descubren en Cristo un amigo en quien confiar, una guía segura, la Roca sobre la que pueden construir su propia existencia. Descubren entonces en la Iglesia", explicó el Purpurado.
Señaló que frente a los medios de comunicación que presentan a la Iglesia como "una institución fría y distante al hombre", el joven descubre en una JMJ que la Iglesia es "una compañía de amigos que apoya el camino de la vida, una verdadera familia con dimensiones globales".
El Cardenal dijo que desde que se realizó la primera JMJ fuera de Roma en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) en 1987, han pasado 26 años que "una JMJ regresa a Latinoamérica" luego que el Obispo Emérito de Roma, Benedicto XVI, escogiera Río de Janeiro como la ciudad anfitriona.
Explicó que la base de la jornada es la misma pero cada JMJ es a su vez distinta porque cambia el contexto cultural y religioso del país anfitrión así como la de la Iglesia local.
El elemento que caracterizará la JMJ Río 2013 es "la fe del pueblo latino y en especial la del Brasil" que describió como una "fe exuberante, llena de entusiasmo y alegría", señalando que "la imponente estatua del Cristo Redentor del Corcovado, será sin duda el factor dominante" durante la Jornada.
"Los jóvenes son un sismógrafo cultural muy sensible, son los primeros en sufrir las consecuencias de estos cambios, tanto positivos como negativos", dijo el Purpurado.
El Presidente del Pontificio Consejo enfatizó que "en todos los jóvenes hay algo que cambia y algo que no cambia. No cambian ciertamente preguntas sobre el significado de la vida y no cambia la sed de Dios que mora en el corazón de cada hombre".
En medio del mayor reto de hoy que es la crisis que elimina a Dios del ser humano y que pone en tela de juicio la naturaleza del mismo, "una JMJ se convierte en una importante escuela de fe y búsqueda de formas nuevas y más eficaces para el diálogo entre la Iglesia y los jóvenes", indicó.
Además el Cardenal enfatizó en las palabras que el Papa Francisco señala constantemente al llamado y desarrollo de la misión, "los jóvenes tienen que decir al mundo: es bueno seguir a Jesús, es bueno para salir de sí mismos en las afueras de la existencia del mundo y llevar a Jesús".