Entre el repicar de las campanas y una calurosa acogida, los vecinos de Castel Gandolfo dieron esta mañana la bienvenida al Papa Francisco, quien llegó al entrañable pueblecito italiano para rezar junto con ellos el Ángelus dominical.
El Pontífice también fue recibido con gran entusiasmo por el Obispo de Albano, Mons. Marcello Semeraro, la alcaldesa de Castel Gandolfo, Milvia Monachesi, y el director y los dependientes de las Villas Pontificias y a sus familiares, y dirigió unas palabras a todos.
"¡Gracias a todos por esta acogida!", exclamó el Santo Padre.
Aunque el pontífice no residirá durante los meses de verano en Castel Gandolfo, este domingo 14 de julio decidió continuar con la tradición de sus antecesores, el Beato Juan Pablo II y Benedicto XVI, y proceder al rezo del Ángelus desde Castel Gandolfo.
"En este momento mi pensamiento va hacia el Beato Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes amaban transcurrir parte del periodo estivo en esta residencia pontificia. Muchos de ustedes pudieron encontrarlos y acogerlos, y conservan un amado recuerdo. Espero que su testimonio les sirva siempre de apoyo en la fidelidad cotidiana en Cristo y en el continuo esfuerzo para reconducir la vida coherente con las exigencias del Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia", alentó.
Asimismo, el Papa aprovechó la presencia de Mons. Semeraro para animar a la diócesis y las comunidades religiosas locales "a renovar con alegría y entusiasmo el compromiso del anunciar y dar testimonio del Evangelio", y exhortó a la población civil a ser un signo de paz y esperanza atenta con las personas y las familias en dificultad.
"Esto es importante, debemos ser siempre signo de esperanza y de paz en este momento. Abrir las puertas a la esperanza, para seguir hacia adelante, y obrar siempre con paz!", exclamó.
El Papa explicó que llegó a Castel Gandolfo para "transcurrir una jornada de encuentro" con los ciudadanos y los peregrinos y también para "expresarles a ustedes, los trabajadores de esta Villa Pontificia, mi gratitud por su preciosa obra. Y aprovecho para saludar también a sus familias que de algún modo también participan en su servicio hacia la Santa Sede", dijo.
"Que el Señor los ayude siempre, en su trabajo y en su vida familiar, los colme de su gracia y los acompañe con su amor paternal".
Por último, y como es habitual en él, el Papa pidió oraciones por él, "porque lo necesito para mi servicio".
Después de la visita, Francisco regresará a su residencia habitual, la Casa Santa Marta.