Al culminar el 11 de julio su 100º Asamblea, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) criticó la "campaña ventajista" a favor de Nicolás Maduro durante las últimas elecciones presidenciales, pero a pesar de la división que vive el país, rechazaron "cualquier tipo de violencia" .
En su comunicado difundido ayer, los Obispos venezolanos señalaron que "en el ámbito electoral, luego del fallecimiento del presidente Hugo Rafael Chávez, se realizó una nueva elección presidencial el 14 de abril. ?El proceso se caracterizó por una campaña ventajista a favor de una de las partes e hizo evidente la existencia de serias deficiencias en nuestro sistema electoral".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Esta situación, indicaron, "dio lugar a hechos de violencia", rechazados por los Obispos en un comunicado del 17 de abril.
La CEV advirtió que se ha evidenciado "la profunda división del pueblo venezolano", ante la cual "el bien del país exige un entendimiento entre las partes, la búsqueda de una plataforma común que permita avanzar y solucionar los problemas acuciantes".
"No es aceptable una solución que signifique la destrucción de los que no piensan igual", advirtieron los Obispos.
La CEV señaló que "el elemento en común para todos es la Constitución, que señala y pone límites al proyecto de país que nos debe unir. Es una exigencia que impone la nación a todos", al tiempo que aseguraron que "nuestra conferencia episcopal propicia el diálogo nacional, arraigado en un espíritu democrático de respeto y recíproco reconocimiento, un diálogo franco, abierto y respetuoso, con apego a la Constitución para la superación de los múltiples obstáculos que afectan nuestra convivencia ciudadana".
Los Obispos venezolanos también advirtieron que el país vive actualmente "una crisis inflacionaria con un desabastecimiento intermitente de alimentos y otros artículos de primera necesidad".
"Pensamos que esta situación debe ser enfrentada fundamentalmente por las autoridades públicas de común acuerdo con empresarios, comerciantes e instituciones competentes. Se debe crear un clima de confianza que permita la reactivación de la producción y el crecimiento socioeconómico para beneficio de la colectividad, especialmente de los más pobres y vulnerables".
"Otro tanto podemos decir en lo referente a las carencias y deficiencias de los servicios públicos, como hospitales y centros de salud", indicaron.
Los Obispos también expresaron su preocupación por la persistencia del "lenguaje agresivo y descalificador, especialmente de parte de algunos personeros del gobierno".
"Igualmente nos preocupa la persistente inseguridad ciudadana, acompañada de violencia y muerte en todo el país", señalaron.
Ante las normativas propuestas por el gobierno para frenar la inseguridad en el país, los Obispos hicieron "votos por el éxito de este nuevo plan. La Iglesia promueve y apoya todas las iniciativas que promuevan la seguridad y la paz".
La CEV también denunció el "profundo relativismo e individualismo" en la sociedad venezolana.
"Vivimos una crisis moral que debe ser afrontada con una nueva mentalidad que se traduzca en la elaboración de leyes justas y en su fiel cumplimiento. Es necesario que en y desde el poder judicial se combata la impunidad y se genere la confianza que el pueblo le debe tener".
Los Obispos indicaron que "es indispensable la despolitización y la imparcialidad de los agentes de justicia en el ejercicio de sus funciones. Por otra parte, el drama de los presos, perseguidos y exiliados políticos niega la posibilidad de disentir, característica de una verdadera democracia".
La Conferencia Episcopal Venezolana se refirió además a la problemática de las universidades autónomas en el país, sobre la cual dijo que "va mucho más allá de sus reivindicaciones económicas, ciertamente importantes y necesarias".
"La universidad autónoma requiere, por definición, de la libertad de cátedra y de investigación. Sin éstas peligran la autonomía y la pluralidad de ideas, características propias de toda universidad, y reconocidas por la Constitución Bolivariana".
Los Obispos apuntaron que "la autonomía universitaria no es una concesión del gobierno de turno, su deber es garantizarla", por lo que invitaron "a todos, gobierno y comunidad universitaria, a un sincero diálogo y a un compromiso por la mejora de las condiciones de funcionamiento de estas casas de estudio".
La CEV subrayó que "todos los venezolanos debemos trabajar para desactivar las causas de la violencia mediante el respeto a la dignidad de la persona y sus derechos, teniendo como horizonte el llamado universal de Jesucristo a vivir en la verdad, el perdón y el amor recíproco".
"Son oportunas las palabras del Papa Francisco: 'Invito al querido pueblo venezolano, y en particular a sus responsables institucionales y políticos, a que rechacen firmemente toda violencia y establezcan un diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y en el amor por la nación'".
Los Obispos calificaron como "un tiempo de gracia" el periodo desde la renuncia del hoy Obispo emérito Benedicto XVI, quien "nos regaló un testimonio de fe y humildad" hasta el pontificado del Papa Francisco, quien "nos trae, con un lenguaje cercano y de hondas raíces evangélicas, un aire de renovación y de crecimiento en la fe".
"Esta ocasión sea propicia para agradecerle sus palabras de solidaridad y preocupación por nuestro pueblo venezolano", expresaron.
Al finalizar, la Conferencia Episcopal Venezolana señaló que "el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo nos llama al amor, al respeto por la vida, a la reconciliación y a la alegría de vivir".
"Urge una conversión que nos comprometa activamente en la construcción de una sociedad solidaria y pluralista, conforme al espíritu del Evangelio y los principios de nuestra Carta Magna, la Constitución. Nuestra Señora de Coromoto, presente en nuestra historia de ayer y de hoy, nos acompañe por caminos de comunión y paz", concluyeron.