A través de un telegrama firmado por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, el Papa Francisco dio a conocer su profundo pesar por las víctimas de la explosión de un tren cisterna cargado con 120 mil litros de petróleo en Lac- Megantic (Canadá).
El Santo Padre pidió a Dios que acoja "en su luz" a los 15 fallecidos hasta el momento reportados, y de "ayuda y consuelo" al "calvario" de sus familias, así como su compañía en la oración con los familiares de los hasta ahora 50 desaparecidos.
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El trágico accidente se produjo en la madrugada del sábado 6 de julio cuando el tren de 72 vagones se descarriló en la ciudad de Lac- Megantic, ubicada a 250 kilómetros al este de Montreal, y se produjo un incendio que duró 36 horas y que ha destruido 40 edificios.
Se cree que el número de fallecidos podría aumentar con el paso de los días. Las autoridades evacuaron de la zona un promedio de 1200 residentes que retornaron a sus hogares ayer.
Los trabajos de rescate y búsqueda aún continúan, mientras que los ?médicos forenses han pedido muestras de todo aquello que pueda ayudar como ropa, cabello, cepillo de dientes, entre otros, para diversas pruebas de ADN.
Las investigaciones realizadas hasta el momento consideran que un problema en los frenos haya sido el causante del accidente, y no descartan que sea un accidente provocado ya que en la ciudad de Nantes hubo cambio de personal y los bomberos locales habían apagado un incendio en el mismo tren.
El Primer Ministro del país, Stephen Harper, dijo al visitar la región afectada que que parece "una zona de guerra"
El Arzobispo de Edmonton y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá, Mons. Richard W. Smith, hizo un llamado a todos las diócesis del país a responder a "este desastre humano y económico con las oraciones por las personas" afectadas y alentó la solidaridad de sus compatriotas.