Esta mañana el Papa Francisco llegó al puerto de la isla italiana de Lampedusa (Italia), para escuchar los testimonios de cientos de inmigrantes clandestinos que huyeron de África en busca de un futuro mejor. "Fuimos secuestrados y hemos sufrido mucho", explicó un inmigrante árabe agradeciendo al Papa su apoyo.
El Santo Padre llegó a la isla en una embarcación de la Guardia Costera y, antes de tocar tierra, lanzó una corona de flores en homenaje a las más de 20 mil víctimas que ya han muerto en las aguas del Mediterráneo.
"Nosotros –dijo un refugiado al Papa-, huimos de nuestro país por dos motivos, el político y el económico. Para llegar aquí, a este lugar tranquilo, hemos superado varios obstáculos, fuimos secuestrados por diferentes traficantes de personas. Para llegar aquí, desde Libia, hemos sufrido muchísimo".
"Nos gustaría tener ayuda de nuestro Santo Padre, después de tanto sufrimiento nos gustaría que otros países nos ayudaran. Gracias por su colaboración y damos gracias a Dios", añadió.
El inmigrantes señaló a Francisco que por el momento permanecerán en Italia, donde ya les han tomado las huellas dactilares, pero desean con gran fuerza que también otros países europeos se impliquen en este problema internacional y les ayuden a comenzar una vida mejor.
Tras saludar a los refugiados, el Santo Padre celebró una Misa en recuerdo de las víctimas, una ceremonia fúnebre en la que aprovechó para pedir perdón por el naufragio y la muerte de más de 20 mil seres humanos víctimas de la guerra, el maltrato, el hambre y la persecución.
También hizo un llamado a la comunidad internacional para acabar con el estado del bienestar y denunciar la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas de la que recordó, el estado del bienestar es el responsable.
Desde su perfil de Twitter, donde le siguen más de siete millones de personas, Francisco escribió "Pidamos un corazón que acoja a los inmigrantes. Dios nos juzgará según hayamos tratado a los más necesitados".
Hoy, coincidiendo con la llegada del Papa Francisco, desembarcó en Lampedusa otra patera con 166 inmigrantes clandestinos de origen subsahariano, en la que viajaban cuatro mujeres.
Según informó la agencia italiana Avvenire, la nave se encontraba a 150 millas de la isla cuando fue hallada y rescatada por la Guardia Costera Italiana, que había recibido la llamada de socorro de un ciudadano libio.
El inmigrante explicó al Capitán del puerto de Palermo (Italia), que "unos amigos suyos habían partido hace tres días de Libia y ahora se encontraban en dificultad en su viaje para alcanzar las costas sicilianas".
La Capitanería contactó los números telefónicos otorgados por el hombre, y una vez verificada la señalación, envió una patrulla a la zona para asistir a los inmigrantes y conducirlos a tierra firme.