El Obispo de Bayona (Francia), Mons. Marc Aillet, calificó de "surrealistas" los cargos que las autoridades francesas utilizaron para encarcelar a Nicolás Bernard, un joven de 23 años que fue detenido el 16 de junio por manifestarse públicamente contra la ley de uniones homosexuales, impuesta por el gobierno socialista pese al rechazo mayoritario de la población.
La detención ocurrió cuando la policía cargó duramente contra los manifestantes que recorrían pacíficamente los Campos Elíseos. Nicolas se refugió en un restaurante cercano pero fue perseguido y reducido con violencia, acusándolo de resistencia a la autoridad. Los policías, según el juez, acusaron a Nicolás de proporcionarles una identidad imaginaria y lo condujeron a la comisaría.
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"Los cargos parecen surrealistas, y la pena desproporcionada en relación a los hechos", expresó el Prelado en un comunicado, al referirse a la condena de dos meses de prisión firme contra Nicolás, que, según las últimas informaciones, se encuentra en una celda de aislamiento sin posibilidad de hablar con los familiares. Además está separado de las zonas comunes y solo puede ser visitado por su abogado.
Nicolás Bernard es uno de los fundadores del movimiento de los "Veilleurs", una iniciativa pacífica que organiza encuentros en los que se leen poemas, textos y cantan mientras encienden velas con el fin de "velar" a favor de la familia y del matrimonio. Es natural de Angers y es estudiante de Ciencias Políticas y de Historia, y de Ingeniería.
Tras su detención, el movimiento "Manif pour Tous", que desde inicios de año ha organizado multitudinarias marchas, una de las cuales con más de un millón de participantes, para declararse contra la ley de uniones homosexuales, ha lanzado una alerta exigiendo la inmediata liberación de Nicolás, suscrita ya por más de 60.000 personas.
Sin embargo, Bernard no es el único detenido, según se informa, los arrestos en las últimas semanas en Francia ascienden a 150.
En su comunicado, Mons. Aillet señaló que lo sucedido con Nicolás "se trata, manifiestamente, de una forma política de represión policial y judicial que marca un punto de inflexión en el tratamiento arbitrario contra quienes se oponen al matrimonio y a la adopción por parejas del mismo sexo".
El Prelado manifestó su aprecio por "el compromiso del joven Nicolás" y el de quienes, como él, "trabajan para defender con determinación y sin violencia el derecho de los niños a crecer con un padre y una madre... Ellos son el orgullo y la esperanza de nuestra sociedad".